La letra con sangre entra, decían. Esta amenaza la escucharon y seguramente la sufrieron nuestros bisabuelos y tatarabuelos; era una expresión tan común hace un siglo que el pintor Francisco de Goya —víctima del sistema educativo de su época— pintó un óleo con ese título, en el que aparece una pequeña escuela y el pintor sentado a la izquierda con un perro a sus pies mientras un alumno con los pantalones abajo está en espera de recibir el castigo. A la derecha están dos alumnos que acaban de recibir una paliza mientras otros hacen su tarea.
Pero esos eran otros tiempos. Si las cosas no hubieran cambiado hoy los papeles se invertirían y sería la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) la que recibiría la paliza. El motivo es porque en el recién comenzado período escolar 2013-2014 la SEP repartirá textos con 117 errores ortográficos en los libros que cada año otorga de manera gratuita.
Las autoridades de educación se defienden; argumentan que no corresponde a ellos el error sino a la administración pasada, y que al detectarlo no hubo forma de parar la impresión de los libros. Así que como todo escrito, estos ejemplares se quedarán para la posteridad con todo y faltas de ortografía.
Hasta ahora, Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública, no ha especificado qué tipo de faltas contienen los textos. Lo que sí ha señalado es que los imprimió en la editorial más grande del mundo y que se trata de 225 millones de libros con errores, por lo que echar para atrás la producción es misión imposible.
Para reparar el daño la SEP firmó un convenio para que la Academia Mexicana de la Lengua corrija los errores ortográficos de los libros de texto gratuitos con miras al siguiente período escolar. Mientras eso ocurre en este ciclo escolar estudiarán con los libros incorrectos, pero con un manual con la fe de erratas para que maestros y alumnos corrijan las fallas al momento de estudiar.
Por sí eso no fuera suficiente, se hará una investigación para deslindar responsabilidades. Aunque no hay mucho que investigar; las modificaciones a los libros de texto fueron realizadas como parte de la Reforma Integral de Educación Básica a cargo de Fernando González Sánchez, yerno de la exlideresa magisterial Elba Esther Gordillo, quien fue subsecretario de ese nivel educativo en la administración de Felipe Calderón.
Los libros con faltas de ortografía se entregarán a partir del 19 de agosto a poco más de 24 millones de alumnos de primaria. Luego no se pregunten “x ke los jovns d hoy scribn” así.