En el primer encuentro entre el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, la integración económica se posicionó como el tema central de la agenda bilateral que en pasadas administraciones estuvo enfocada en seguridad.
A las 14:15 horas del pasado 2 de mayo, el Air Force One aterrizó en tierras mexicanas para dar inicio a la visita de dos días que Barack Obama llevó a cabo en el país, el cual por cuarta ocasión lo recibe desde que en 2009 fue elegido como el presidente número 44 de Estados Unidos.
A su arribo al hangar presidencial, el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade; el embajador de México en Estados Unidos, Eduardo Medina Mora; y el subsecretario para Asuntos de América del Norte de la SRE, Sergio Alcocer, estuvieron a su espera para presenciar junto a él una ceremonia de bienvenida en su honor y después transportarlo en el vehículo oficial del mandatario estadounidense, conocido como “la bestia”, a Palacio Nacional, donde Enrique Peña Nieto lo acogió oficialmente.
Ya en la sede del Poder Ejecutivo Federal de México, ambos mandatarios, acompañados únicamente de sus respectivas comitivas, sostuvieron en el despacho presidencial el primer encuentro bilateral que ocurre a partir de que Peña Nieto asumiera como titular del Ejecutivo, en diciembre de 2012.
Llegadas las 16 horas se presentaron en el Salón de Tesorería ante los medios nacionales e internacionales para llevar a cabo una rueda de prensa en la cual se refirieron a temas diversos, como los vínculos sociales entre ambas naciones, liderazgoregional y global, educación, migración, seguridad y competitividad económica.
Agenda bilateral
Los vínculos sociales fueron definidos por los dos mandatarios como amplios, profundos e indispensables para el desarrollo de ambas sociedades, y coincidieron en que el liderazgo en temas regionales y globales solo puede lograrse con una cooperación que impulse la creación de empleos a través del crecimiento económico sostenido, la protección de los derechos humanos, la gobernabilidad democrática, la equidad de género y el combate al cambio climático.
En lo referente a educación se dijeron convencidos de que es por medio de esta que es posible expandir las oportunidades económicas para los ciudadanos, y anunciaron la formación de un foro bilateral para la educación e innovación en investigación que tiene como finalidad el ampliar los intercambios estudiantiles e incrementar la investigación en el ámbito educativo.
“Hemos acordado también la creación de un grupo de trabajo binacional para encontrar mecanismos de colaboración y acciones a desarrollar para apoyar a los emprendedores de ambos países y, con ello, impulsar la pequeña y mediana empresa de ambas naciones”, aseguró Peña Nieto.
El foro, además, impulsará un mayor acceso a la educación postsecundaria, principalmente en las áreas de ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería, de grupos que han sido demográficamente desatendidos, y se incrementarán los intercambios educativos, que actualmente superan los 18 000 intercambios entre estudiantes universitarios de ambos países cada año.
Una frontera más segura fue el objetivo planteado por los mandatarios para resolver el tema de la migración a través de un acuerdo de colaboración en el que ambos gobiernos se comprometen a construir una
frontera en la que se pueda garantizar un tránsito de ciudadanos y bienes seguro entre las naciones.
Sobre la propuesta de reforma migratoria de Obama, se dijo que es el momento de concretar una legislación que abra el camino a la ciudadanía estadounidense a los aproximadamente 11.5 millones de migrantes indocumentados que viven en el país; actualmente los legisladores estadounidenses se encuentran analizando dicha propuesta.
“…Es importante que todos recuerden que nuestra frontera compartida es más segura de lo que ha sido en años; los intentos de migración ilegal a Estados Unidos están cerca de su nivel más bajo en décadas y la migración legal sigue haciendo más prósperos a nuestros países, así como más competitivos…”, aseguró Obama.
La seguridad, que en años pasados fue el tema central de la agenda bilateral, durante esta visita quedó en segundo plano, pero como uno de los cinco ejes de la estrategia de gobierno de Peña Nieto, también fue abordada con gran énfasis por ambos mandatarios. Barack Obama ofreció a su homólogo mexicano todo su apoyo en el combate al crimen organizado y el tráfico de armas entre los dos países, se dijo comprometido a cooperar de cualquier forma que le sea posible a su nación y prometió esfuerzos para detener el flujo de armas y dinero a México, a pesar de que recientemente el Capitolio rechazó una iniciativa en la materia.
“Reconocemos que tenemos obligaciones con respecto a las armas que a veces se envían al sur y que contribuyen a la violencia aquí en México, pero francamente lo que más me conmueve son las víctimas de la violencia”, dijo Obama, y añadió que “apoyamos el enfoque del gobierno mexicano en reducir la violencia, acordé mantener nuestra cercana cooperación en seguridad”.
Según cifras oficiales, unas 60 000 personas han muerto a consecuencia de la llamada lucha contra el narcotráfico impulsada desde 2006 por el expresidente mexicano Felipe Calderón; y desde 2008 México y Estados Unidos cooperan bajo el esquema de la Iniciativa Mérida, por la cual la principal potencia económica del mundo ha transferido a su vecino del sur unos 1600 millones de dólares en equipo de adiestramiento.
Finalmente, la competitividad económica fue abordada con mucho énfasis por los dos mandatarios, quienes desde antes de que la visita tuviera lugar ya se habían pronunciado interesados en un nuevo entendimiento entre México y Estados Unidos en la relación bilateral, en la que si bien la seguridad seguiría siendo un tema fundamental, ya no sería la prioridad, en su lugar estaría la economía.
La economía, una prioridad
Y es que, según la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la categoría de “socio comercial masivo” o socio estratégico, que la nación de las barras y las estrellas le da a México, se debe a que actualmente el 80 por ciento del comercio exterior mexicano tiene como destino el territorio estadounidense, y México se ubica como el segundo socio comercial de Estados Unidos.
Según el presidente Obama, “Estados Unidos y México tienen una de las relaciones económicas más grandes del mundo, nuestro comercio anual ya ha rebasado los 500 000 millones de dólares al año, más de 1000 millones de dólares al día; somos el mayor cliente, compramos la gran mayoría de las exportaciones de México, México es el segundo mercado más grande de las exportaciones estadounidenses…”.
Peña Nieto explicó que al relanzar la relación bilateral se estableció que no se centraría en seguridad, ya que “debe permitirnos abrir espacios de oportunidad y de colaboración en distintos ámbitos, en un claro y señalado objetivo: hacer de la región de Norteamérica una más productiva, una más competitiva, que realmente permita detonar el enorme potencial que tienen nuestros pueblos”.
Ambos se manifestaron así por potenciar la integración económica a partir del análisis y la reflexión de lo que hoy es ya una relación económica sólida entre ambos países, el flujo comercial, la complementariedad de las economías y el potencial que estas tienen para convertirse en la región —Norteamérica— más productiva y que pueda competir con otras zonas del mundo. Para hacer posible esta nueva etapa de relación económica binacional acordaron establecer un grupo para el diálogo económico de alto nivel, en el que participará el vicepresidente Joe Biden y los funcionarios del gabinete mexicano.
“Cuando los Estados Unidos prosperan, México también prospera; cuando México prospera, los Estados Unidos también prosperan, ese es mi mensaje aquí hoy (…) Y eso es algo en lo cual queremos centrarnos durante el resto de mi gobierno, y no dudo de que durante el gobierno del presidente Peña Nieto”, concluyó Barack Obama.
En torno de las 19 horas Enrique Peña Nieto ofreció una cena de gala en honor al mandatario estadounidense, que tuvo lugar en la residencia oficial de Los Pinos, y con la cual Obama concluyó su primer día de visita en México.
“Ustedes son el sueño”
Con un “¡hola, buenos días!” dio inicio el presidente de Estados Unidos el discurso que ofreció ante más de 2000 asistentes al Museo Nacional de Antropología, entre quienes se encontraban diplomáticos estadounidenses y mexicanos, miembros de la clase política y estudiantes, estos últimos invitados especiales del presidente Brack Obama.
Su mensaje en cada palabra estuvo dirigido a ellos, a esos líderes emergentes a los que denominó como el sueño, el futuro: “Ustedes son el sueño, you are the dream”.
Ante ellos señaló que un nuevo México está emergiendo, el cual, ante el progreso dinámico que vive está tomando el lugar que le corresponde en el escenario mundial, por lo que es momento de fortalecer la alianza económica bilateral: “Queremos ser socios del éxito de este país, y juntos ser competitivos ante otros mercados del mundo”.
Habló acerca de cinco áreas en las que su administración considera que en la agenda mexicana se puede hacer mucho más: la expansión del comercio; el incremento de la producción en diversas áreas; una economía verde y futuro energético; una nueva asociación en educación superior, y el forjar nuevas alianzas para la innovación e investigación en sectores como el aeroespacial, tecnologías de la información, nanotecnología, biotecnología y robótica.
También destacó que, en esta visita de trabajo a México, acordó con el presidente Enrique Peña Nieto que la relación de ambas naciones no debe definirse por las amenazas que actualmente se enfrentan, sino por la prosperidad y la oportunidad que se pueden generar juntos.
“El progreso y el éxito nunca están garantizados. El futuro que sueñan, el México que imaginan, deben ganárselo. Y nadie más puede hacerlo por ustedes. Solo pueden ganárselo ustedes. Ustedes son el futuro”, enfatizó.
Obama reconoció la contribución de los inmigrantes mexicanos a Estados Unidos, y aseguró que “sin el fuerte apoyo de los latinos, entre ellos muchos estadounidenses de origen mexicano, yo no estaría hoy como presidente (…) Es fundamental que Estados Unidos reconozca la necesidad de reformar nuestro sistema de inmigración porque somos una nación de leyes, pero también somos una nación de inmigrantes”.
Sobre el tema de seguridad, insistió en reconocer que buena parte de la violencia que enfrenta México se debe a la demanda de drogas en su país; no obstante, reiteró que no cree que su legalización sea la respuesta, pero sí que es necesario un enfoque integral y la aplicación de la ley, educación, prevención y tratamiento. También reiteró su compromiso de buscar un esquema de control de armas: “Seguiremos aumentando la presión sobre los traficantes que traen esas armas ilegales a México. Seguiremos poniendo a estos criminales donde pertenecen: tras las rejas”.
Se despidió de la juventud con un “¡viva Mexico! ¡Vivan los Estados Unidos! Que Dios los bendiga. ¡Long live Mexico! ¡Long live the United States! May God bless them”, dando así por concluida su cuarta visita al país.
De México, Obama se trasladó a Costa Rica para dar un mensaje a los líderes de América Central sobre la lucha contra el crimen organizado y desarrollo económico en el marco de un foro empresarial en San José, organizado por la escuela de negocios costarricense INCAE y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al cual asistieron representantes del sector privado, de la sociedad civil y miembros de los Gobiernos de EE UU y de los países centroamericanos.
Previo al encuentro empresarial se reunió con su homóloga, Laura Chinchilla, y tuvo una cena de trabajo con los mandatarios centroamericanos y de la República Dominicana, en donde se comprometió, con un enfoque regional, a la lucha antidrogas en Centroamérica, que según dijo, no pasará por la militarización.
Obama afirmó que Centroamérica necesita pensar en invertir en infraestructura y en electricidad y promover un mayor comercio que genere más empleos, y añadió que es fundamental que la relación de EE UU con Centroamérica y México “no esté definida solo por el problema de las drogas”.
El de México y Costa Rica ha sido el sexto viaje a Latinoamérica de Obama y el primero a la región en su segundo mandato, que empezó el pasado enero.