Se sabe que la privación del sueño puede dañar la salud del corazón, pero una nueva investigación indica que incluso los problemas de sueño más leves, como tener dificultades para quedarse dormido, pueden aumentar la presión sanguínea en las mujeres.
En un estudio realizado por el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia se muestra que las mujeres que tienen problemas leves de sueño, incluso aquellas que duermen entre siete y nueve horas cada noche, tienen una probabilidad significativamente mayor de padecer presión sanguínea alta, de acuerdo con los hallazgos publicados en la revista Journal of the American Heart Association.
Una gran proporción de los adultos tienen dificultades para dormir lo suficiente. Entre 50 y 70 millones de estadounidenses padecen un trastorno del sueño, y hasta 30 por ciento informa tener problemas de insomnio, al menos una parte del tiempo, de acuerdo con la Asociación Estadounidense del Sueño, una organización dedicada a promover la salud pública al crear conciencia sobre la importancia del sueño.
“Esto es preocupante, ya que diversos estudios han mostrado que la privación del sueño y los problemas de sueño más leves pueden tener un efecto desproporcionado sobre la salud cardiovascular de las mujeres”, afirmó Brooke Aggarwal en una declaración. Aggarwal es científica conductual del Colegio Vagelos de Médicos y Cirujanos del Departamento de Medicina de la Universidad de Columbia y autora principal del estudio.
De acuerdo con la Fundación Nacional del Sueño, las mujeres tienen mayores probabilidades que los hombres de padecer problemas para quedarse dormidas y mantenerse así, y de tener más sueño durante el día.
Para analizar este problema, los investigadores examinaron la presión sanguínea y los hábitos de sueño de 323 mujeres sanas. Las perturbaciones leves del sueño, como un sueño de mala calidad, el hecho de requerir más tiempo para quedarse dormidas y el insomnio, fueron casi tres veces más comunes que las perturbaciones graves del sueño, como la apnea obstructiva del sueño.
Los investigadores descubrieron que las mujeres con problemas leves de sueño tenían probabilidades significativamente más altas de padecer presión sanguínea alta. También descubrieron que había una concentración alta de una proteína proinflamatoria que es común en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.
Los investigadores, encabezados por la doctora Sanja Jelic, profesora adjunta de medicina en la Universidad de Columbia y una de las autoras principales del estudio, encontraron una asociación entre esta inflamación y las perturbaciones leves del sueño.
“Nuestros hallazgos indican que los problemas leves del sueño posiblemente podrían iniciar la inflamación endotelial vascular, que es un factor importante en la enfermedad cardiovascular”, señaló Aggarwal.
Aunque se requieren más investigaciones para confirmar los resultados, el estudio indica que puede ser buena idea considerar al sueño como un cuidado preventivo para la salud cardíaca.
“Podría ser prudente detectar las perturbaciones leves del sueño en las mujeres como un esfuerzo para prevenir la enfermedad cardiovascular”, afirmó Aggarwal.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek