El Valle de Tehuacán-Cuicatlán en México, la ciudad califal de Medina Azahara en España y el Parque Nacional de Chiribiquete en Colombia figuran este año entre los candidatos a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por su “valor excepcional”.
La decisión será tomada entre el 24 de junio al 4 de julio en Manama, Baréin, por el Comité del Patrimonio Mundial, que escogerá cuáles de los nuevos postulantes obtendrán este sello de reconocimiento, que puede disparar el turismo y facilitar el desbloqueo de ayudas financieras.
En total, 30 sitios, naturales, culturales o mixtos aspiran a entrar a la prestigiosa lista de la Unesco, en la que figuran sitios tan diversos como el Parque de Iguazú, la Ópera de Sídney o las islas Galápagos.
Entre los lugares que serán examinados en esta edición destaca el valle de Tehuacán-Cuicatlán, enclavado en los estados mexicanos de Puebla y Oaxaca (sur), que prueba suerte por segunda vez, después de un primer intento fallido en 2016.
La secretaría mexicana de Medio Ambiente (Semarnat) la describe como “la región más pequeña de todas las zonas áridas” de México y hábitat de especies únicas, entre ellas los bosques de cactáceas columnares de gran tamaño y ejemplares de fauna silvestre amenazadas como el águila real.
Este valle “protege alrededor de 141 especies de aves, entre las que destacan los colibríes, considerados como importantes polinizadores para algunos cactus, resguarda el 10% de las 30.000 especies de plantas vasculares descritas para México”, señaló Semarnat al promover su candidatura.
En cuanto a su riqueza cultural, el valle Tehuacán-Cuicatlán alberga vestigios que remontan al origen de la agricultura y la transición de las sociedades de cazadores-recolectores a las sociedades neolíticas sedentarias, entre ellas, pinturas rupestres, cementerios, montículos, construcciones y ciudadelas.
También podría ser declarada Patrimonio Mundial la Serranía de Chiribiquete, el mayor parque natural de Colombia, con una extensión de más de 2.7 millones de hectáreas que abarcan cinco municipios amazónicos en las regiones de Guaviare y Caquetá (sureste).
Además de tener una de las principales diversidades biológicas del planeta, esta área protegida desde 1989 conserva expresiones artísticas indígenas únicas, así como lugares sagrados que justifican su otro nombre de Maloca del Jaguar.
Levantar fondos para el patrimonio
La ciudad califal de Medina Azahara, levantada en un alto sobre tres terrazas escalonadas en las afueras de la ciudad española de Córdoba, tiene también buenas posibilidades de ser declarada Patrimonio de la Humanidad la próxima semana.
La comisión de evaluación que asesora a la agencia con sede en París recomienda, según documentos consultados por la AFP, la inscripción de esta ciudad amurallada que es, junto con la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla una de las joyas que dejó en España el largo período de dominación musulmana de la península ibérica, entre los siglos VIII y XV.
Paralelamente a las nuevas inscripciones, la Unesco examinará también el estado de 54 sitios que figuran en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro y según los avances registrados el comité podría decidir sacar a uno o varios de dicha lista.
Es el caso de a barrera coral de Belice, la segunda más grande del mundo y hogar de 1.400 especies de fauna, que podría salir de esta lista roja gracias a las medidas tomadas en la última década por las autoridades del país caribeño.
“Es un éxito enorme” para este “pequeño país”, destacó Mechtild Rössler, directora del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, en una conferencia organizada en París.
La razón detrás de esa decisión obedece a las reformas legales que implementó el gobierno de Belice para proteger el arrecife. La última fue la prohibición para la exploración de petróleo a mar abierto, que fue aprobada al final de 2017.
A pesar de esta buena noticia, la Unesco llama a mantenerse alertas frente a las “amenazas” que pesan sobre el patrimonio mundial debido al “cambio climático o al crecimiento urbano”.
Citó el ejemplo del centro histórico de Uzbekistán, que podría ser retirado de la lista de Patrimonio de la Humanidad debido a que el sitio se ha visto profundamente alterado a cause de enormes proyectos urbanos.
“Borraron un barrio tradicional por completo”, lamentó Mechtild Rössler.
La cita de Baréin será también una ocasión para el Comité del Patrimonio Mundial de levantar fondos. “Estamos al mismo nivel que cuando comencé a trabajar aquí en 1991, a 4 millones de dólares por año”, explicó Rössler. “¡No nos alcanza!” Y eso que entonces había 250 sitios, ¡Ahora hay 1073!”, agregó.
(Con información de AFP).