El año en que naciste podría predecir cómo responderás a la gripe de este año, y cuán bien te iría en una pandemia de gripe.
Un fenómeno conocido como impronta podría ser el responsable de un patrón inusual en las edades de las personas que van al hospital con gripe. La impronta en este caso se refiere a cómo nuestra respuesta inmunológica a la gripe está determinada por nuestro historial médico.
Específicamente, el primer virus de la gripe que contrae una persona determina su respuesta inmunológica a otras cepas que se encuentran más tarde en la vida. La cepa con la que perdemos nuestra virginidad gripal, por así decirlo, afecta cómo reaccionamos a todas las cepas subsecuentes que encontramos. “La primera cepa que encuentras tiene un estatus especial”, dijo James O. Lloyd-Smith, investigador de la Universidad de California campus Los Ángeles.
El Dr. Dan Jernigan, director de la división de influenza del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, sugirió a finales de enero que la impronta podría explicar por qué los nacidos antes de 1965 han sido afectados particularmente en esta temporada de gripe.
Típicamente, la tasa de hospitalización de niños menores de cuatro años y de adultos entre 50 y 64 años es más o menos la misma. No este año. Más bien, “los nacidos antes de 1965 tienen tasas [de hospitalización] más altas que sus nietos justo ahora”, señaló Jernigan.
Usualmente, el fenómeno de la impronta nos protege al ayudar al sistema inmunológico a reaccionar con más rapidez a nuevas cepas de virus. Si la hemaglutinina —una proteína en la superficie del virus— es similar a la hemaglutinina encontrada en cepas anteriores, entonces el sistema inmunológico podrá producir anticuerpos para el nuevo virus en cuanto detecta la similitud en la proteína.
Pero la gripe cambia cada año. Y un cambio importante en 1968 podría ayudar a explicar por qué los nacidos antes de 1965 tienen una desventaja ahora.
El problema deriva de la cepa del virus de la gripe al que sucumbieron por primera vez estas personas. Todos aquellos que actualmente tienen por lo menos 50 años nacieron antes de 1968. Y la pandemia de gripe de 1968 fue la primera vez en décadas que un virus con un tipo particular de proteína en su superficie llamado H3 se propagó por todo Estados Unidos. Ello significa que cualquiera que tenga 50 años o más en esta temporada de gripe nació demasiado antes para tener la impronta de una cepa H3 del virus.
Pero la cepa H3N2 es responsable de muchos de los casos de gripe en Estados Unidos este año. Así, el sistema inmunológico típico de alguien nacido antes de 1965 está relativamente menos preparado para combatirlo que el de los jóvenes, quienes tuvieron la oportunidad de desarrollar la impronta de la cepa de gripe H3.
Las proteínas de hemaglutinina se separan en dos grupos mayores. Un grupo incluye las proteínas H1, H2 y H5, entre otras, y el otro incluye las H3 y H7. Para muchas personas, la H1N1 y la H3N2 sonarán familiares; estas son las cepas que a menudo se hallan en Norteamérica.
Los científicos han hallado un vínculo claro entre la susceptibilidad a la gripe y los virus de gripe aviar; esa conexión se ha hecho más fácil de rastrear gracias a que los humanos no son expuestos con regularidad a ellos. En un ensayo de 2016, Lloyd-Smith y su colega Michael Worobey, investigador de la Universidad de Arizona, mostraron que el tipo de virus de la gripe al que una persona fue expuesta la primera vez influyó la respuesta de su sistema inmunológico a estas cepas de gripe aviar, las cuales a menudo incluyen proteínas H5 y H7.
Sin embargo, extraer el impacto potencial de la impronta de la gripe estacional puede ser difícil. Puede ser difícil hallar los datos específicos sobre la severidad de un caso de gripe, la cepa de gripe involucrada y el año en que la persona nació. Para analizar la conexión, Worobey recurrió a los registros sanitarios de Arizona, los cuales tienen algo de información señalando tanto la cepa de gripe con la que fue infectada una persona como el año en que nació esa persona.
Pero algunos expertos ya sospechan un vínculo. “Si tuviera que apostar, diría que la impronta está involucrada esta temporada”, dijo Scott Hensley, investigador de la Universidad de Pensilvania. “Pero es demasiado pronto para saberlo”. (Hensley trabaja activamente en proyectos de investigación para resolver eso.)
La cepa de gripe de este año es desagradable, dicen todos. Pero ¿también lo serán las temporadas de gripe por venir? De nuevo, la gripe de 1968 tiene algo que decir al respecto. Actualmente, la H3N2 es peligrosa para los viejos, pero no siempre fue tan temible. “En realidad, empezó en 1968 y se la describía como usualmente moderada para los viejos”, señaló Worobey. Esas infecciones tal vez hayan sido más moderadas porque el grupo demográfico de 50 años o más por entonces tenía la impronta de un virus H3 que circuló antes de la pandemia de 1918.
Es tentador pensar que el año de nacimiento podría ayudar a la gente a tomar decisiones de salud. Por ejemplo, si los virus H3 son prevalentes en determinado año, entonces las personas con más de 50 años podrían tener más de una razón para vacunarse contra la gripe.
Pero no es tan simple. Desde 1977, han circulado virus tanto H3 como H1. Ello significa que nadie sabe con certeza con qué cepa se infectó por primera vez un milenial. Los científicos buscan un manera de detectar una impronta en las células inmunológicas de una persona, pero al momento no hay una prueba que nos diga a qué virus fue expuesta por primera vez una persona.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek