Gaza se prepara este martes para más derrame de sangre luego de que 58 palestinos fueran asesinados por soldados israelíes durante las protestas del lunes, el día más mortífero en el territorio desde la guerra de 2014.
Este martes, en todo el enclave de Gaza enterraban a los que murieron el lunes en enfrentamientos con soldados israelíes que coincidieron con la inauguración de la nueva embajada estadounidense en Jerusalén, a unas decenas de kilómetros de distancia.
El balance de muertos se agravó este martes por la mañana con el anuncio de la muerte de un bebé, fallecido tras inhalar gases lacrimógenos durante las protestas, según el ministerio de Salud de Gaza.
Al menos 2,400 palestinos resultaron heridos, por disparos israelíes o por inhalar gas, según el ministerio. Los habitantes de Gaza tienen planeado manifestar nuevamente frente a la valla de seguridad que separa al enclave de Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) abrieron fuego contra los manifestantes en la frontera de Gaza mientras diplomáticos estadounidenses, líderes religiosos y funcionarios, incluidos Ivanka Trump y Jared Kushner, se reunieron en Jerusalén para la apertura de la nueva embajada estadounidense en Israel.
Mientras docenas de palestinos morían, los asistentes escucharon un mensaje grabado del presidente, en el que Donald Trump alababa la “tierra sagrada de Jerusalén” y daba testimonio del “espíritu irrompible del pueblo judío”, informó el Times of Israel.
La controversia de la embajada estadounidense ha sido una adición espinosa a un período ya difícil para las relaciones israelo-palestinas, con la administración Trump. A pesar de que los líderes mundiales expresaron su preocupación por las escenas en Gaza, Kushner dijo: “Como hemos visto en las protestas del último mes e incluso hoy, los que provocan la violencia son parte del problema y no parte de la solución”.
Este martes podría haber nuevos enfrentamientos por la conmemoración de la “Nakba”, la “catástrofe”, que representó a ojos de los palestinos la creación del Estado de Israel en 1948 y el éxodo de centenares de miles de personas. De esta forma podría marcarse el clímax de las protestas que han estado en curso desde entonces.
Un funcionario palestino que no quiso ser identificado dijo a Newsweek que la apertura de la embajada justo antes del día de Nakba fue “vergonzoso” y “un insulto a nuestra nación”. También condenó las celebraciones en Jerusalén “a pesar de que hubo una matanza”.
“Hay una deshumanización total del pueblo palestino”, agregó el funcionario.
Las protestas son impulsadas por las terribles condiciones humanitarias y económicas en la Franja de Gaza, que ha estado bajo el bloqueo de Israel y Egipto desde 2006 en un esfuerzo por degradar las capacidades militares de Hamas, el grupo islamista que controla Gaza y sus dos millones de personas.
Se esperan más protestas a lo largo de la cerca fronteriza de Gaza este martes, y pueden extenderse a otros territorios palestinos en Cisjordania y el este de Jerusalén. Ayer, el ejército israelí advirtió que tomará todas las medidas necesarias para proteger la valla fronteriza y las comunidades israelíes cercanas y llevó a cabo ataques aéreos y de artillería contra presuntos puestos de militantes dentro de la Franja.
La comunidad internacional ha pedido a Israel que actúe con moderación para evitar más derrame de sangre. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que estaba “profundamente alarmado por la fuerte escalada de violencia” en la Franja e instó a Israel a “ejercer la máxima restricción en el uso del fuego vivo”. Agregó que los organizadores de protestas tienen la responsabilidad de desalentar la violencia y provocaciones por parte de los manifestantes.
Federica Mogherini, jefa de política exterior de la Unión Europea instó a Israel a respetar el “principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza” y “el derecho a la protesta pacífica”. Mogherini también dijo que Hamas “no debe explotar [a los manifestantes] por otros medios”.
Otros, como Turquía, Egipto y Qatar, culparon a Israel directamente por la violencia. Sin embargo, Estados Unidos apoyó el uso de la fuerza israelí, consolidando aún más las relaciones entre Washington e Israel.
El primer ministro Benjamin Netanyahu defendió el uso de la fuerza porque “todo país tiene la obligación de defender su territorio”, dijo en Twitter.
Varios países, entre ellos Reino Unido, Francia y Rusia reprobaron la apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén, cuyo traslado fue rechazado por 128 de los 193 países miembros de la ONU.
El lunes, la Casa Blanca culpó a Hamas por las muertes, y el subsecretario de prensa principal, Raj Shah calificó las protestas como “un intento de propaganda”. Estados Unidos también bloqueó una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pidiendo una investigación independiente sobre los asesinatos.
La decisión de Trump probablemente ha dañado la perspectiva de conversaciones de paz exitosas entre los israelíes y los palestinos, a pesar de que la Casa Blanca afirma que sigue comprometida con un acuerdo duradero. Ayer, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, llamó a la nueva embajada un “asentamiento avanzado” y prometió que los palestinos no tomarían parte en ninguna conversación mediada por Estados Unidos “de ninguna manera o forma”.
“De repente, todo lo que es bueno para la paz es básicamente todo lo que Israel quiere”, dijo el funcionario palestino, incluyendo “la anexión de territorio ocupado y una luz verde para hacer lo que quieran con la población palestina ocupada”.
La falta de apoyo de la comunidad internacional a los habitantes de Gaza ha enviado un mensaje a los palestinos de que no tienen nada que perder, dijo el funcionario. “Las opciones que se presentan son o aceptas vivir en una gran prisión al aire libre y haces lo que Israel quiere, o mueres. Entonces, ¿cuál es tu elección?”
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek