La popularidad de la meditación se ha esparcido por el Occidente, quien la adoptó como una técnica para generar cambios positivos en la vida de las personas. Así, investigadores europeos analizaron si los beneficios que se le atribuyen, como reducción del estrés y el fomento de la compasión, estaban respaldadas por evidencia científica. Según sus resultados, meditar no hará que tu vida mejore.
A diferencia de mayoría de los estudios sobre la práctica de meditar, que se han centrado en sus beneficios psicológicos y físicos, el grupo de científicos de las Universidad de Coventry en el Reino Unido, la Universidad de Massey en Nueva Zelanda y la Universidad de Radboud quería saber si la actividad podría usarse para fomentar la compasión, el altruismo y las conexiones sociales.
Según los investigadores, si la meditación generalizada realmente pudiera frenar o terminar con la violencia, entonces el acto de meditar podría usarse para diluir el conflicto en las escuelas, las cárceles y posiblemente incluso en la política, como señala la frase atribuida al Dalai Lama: “Si a cada niño de ocho años del mundo se le enseña a meditar, el mundo no tendrá violencia dentro de una generación”.
LEE TAMBIÉN: El alcohol podría ayudar a limpiar tu cerebro, según un estudio
A pesar de la aceptación de esta práctica, al revisar más de 20 investigaciones, los científicos descubrieron que la meditación no reducía significativamente las conductas agresivas o prejuiciosas. Además, la práctica no ayudó a que las personas estuvieran más conectadas socialmente. El equipo determinó que la mayoría de los estudios tenían metodologías débiles.
“Comparado con no hacer ninguna actividad nueva emocionalmente atractiva, puede hacer que uno se sienta moderadamente más compasivo o empático, pero nuestros hallazgos sugieren que estos efectos pueden ser, al menos en parte, el resultado de fragilidades metodológicas, como los sesgos inducidos por el maestro de meditación, el tipo de grupo de control utilizado, las creencias y expectativas de los participantes sobre el poder de la meditación”, señala el texto publicado en Nature.
Esto, señalan no invalida las afirmaciones budistas o de otras religiones sobre el valor moral y eventualmente el potencial de cambio de vida de sus creencias y prácticas. “Sin embargo, la adaptación de las prácticas espirituales al laboratorio adolece metodológicamente y está parcialmente inmersa en la niebla teórica”.