Los gobiernos de México y Estados Unidos estudian la posibilidad de llevar guardias armados estadounidenses en vuelos comerciales transfronterizos, de acuerdo con un documento y con funcionarios mexicano consultados por la prensa.
La iniciativa es un esfuerzo para reforzar los lazos de seguridad entre ambas naciones, reportó Reuters que tuvo acceso a un documento oficial mexicano. La agencia precisó que ambos países estudian la conveniencia de negociar un acuerdo para el despliegue de agentes de la Federal Air Marshals (FAM) en vuelos comerciales.
El punto más sensible es permitir que agentes estadounidenses porten armas, según dijo un funcionario mexicano a Reuters. Estados Unidos coloca a sus agentes con la misión de proteger en vuelo a los aviones, tripulantes y pasajeros con bandera de los Estados Unidos.
“Sería en vuelos estrictamente comerciales y norteamericanos… no en aerolíneas mexicanas”, explicó este martes el titular de la Comisión Nacional de Seguridad de México, Renato Sales en entrevista con la cadena Televisa. “Pero aún no se ha concretado, es decir, no se ha tomado ninguna decisión al respecto, está en pláticas todavía”, agregó.
Sales afirmó que los agentes, “en principio”, viajarían encubiertos y no portarían armas de fuego sino pistolas eléctricas. Detalló además que los agentes solamente estarían dentro de los aviones estadounidenses, que de acuerdo con el derecho internacional público son territorio del país, y que las solicitudes se hicieron desde hace tres años.
Además de discutir esta iniciativa, los gobiernos de México y Estados Unidos han acordado implementar otras medidas de seguridad para hacer frente a las “organizaciones criminales transnacionales”, según el documento al que tuvo acceso Reuters.
Estas medidas son la creación de un organismo bilateral que investigue a grupos delictivos internacionales, negociar un tratado de incautación marítima de drogas, utilizar buques y radares para operaciones específicas; y profundizar los esfuerzos para erradicar las plantaciones de opio y marihuana, reportó Reuters.
El gobierno estadounidense ha expresado constantemente su inquietud en torno a la situación de seguridad en México, en particular debido al creciente incremento de la violencia vinculada al narcotráfico, del que Estados Unidos es el principal mercado, así como por el enorme flujo de migración ilegal que atraviesa la frontera.
Esta situación ha alcanzado un punto crítico en la administración de Donald Trump, quien dijo recientemente que México “ahora es considerado el país más peligroso del mundo”.