Cuando Carmen Ibarra estudiaba medicina en la principal escuela pública de Baja California, probablemente nunca pensó que un teléfono celular le ayudaría a combatir uno de los padecimientos más mortíferos en México.
Esta joven médico participa en una colaboración internacional que desarrolla una herramienta tecnológica para evitar muertes por cáncer cervicouterino.
“Atendimos aquí a 80 pacientes, a las cuales se les realizó su tratamiento. Todas venían ya con una displasia o con una alteración en su papanicolaou y aquí se les ofreció el tratamiento sin costo; se les hizo biopsia, la colposcopía y además el tratamiento que requerían”, dice la doctora egresada de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
El programa en el que atendieron a las 80 pacientes en Baja California evaluó el invento de unos israelíes para facilitar el acceso a la salud a mujeres en regiones marginadas por la pobreza o la falta de servicios médicos.
“Hace dos años se acercaron unos jóvenes inventores de Israel con el jefe de ginecología de la clínica Scripps-La Jolla para proponernos un estudio, un protocolo de investigación para poder comprobar que un colposcopio móvil, —que ellos inventaron— tenía igual o mejor resolución para poder diagnosticar a una mujer”, dice Marcela Merino, directora de Fronteras Unidas Pro Salud, una organización no gubernamental (ONG).
Con una clínica en Tijuana, atienden problemas de salud reproductiva.
El colposcopio móvil se comparó con un colposcopio tradicional, un aparato binocular para ver a detalle lesiones en el útero.
“Es un teléfono inteligente normal, nada más que el aparato está adaptado a esta medida para que el teléfono no se vaya a caer. Tiene el lente, para aumentar la imagen, ponerla más clara, tiene la luz y tiene también el filtro verde que se utiliza para ver ciertas lesiones del cuello de la matriz”, dice la Dra. Ibarra, quien a sus 28 años, es jefa de Servicios Médicos de Fronteras Unidas Pro Salud.
En el plan piloto también participó la UABC.
El cervicouterino ocupa en México el segundo lugar como causa de fallecimientos por cáncer, solo después del de seno, según datos de la Secretaría de Salud.
Este padecimiento es la única neoplasia prevenible casi al 100%, pero una de cada 10 muertes por cáncer tiene este origen.
La encuesta nacional de salud (Ensanut) encontró que sólo una de cada dos mujeres mayores de 25 años de edad se ha realizado una prueba para detectar cáncer de cuello uterino y seis de cada 10 casos de este tipo de cáncer son detectados en etapas avanzadas.
Con su empresa MobileODT, Ariel Beery y el Dr. Bruce Kahn concursaron en 2014 por un premio de 300 mil dólares que ofrecía la Fundación Vodafone Americas.
Beery es un emprendedor graduado de la Universidad de Columbia y el Dr. Kahn Director del programa de especialidad médica de Cirugía Pélvica del hospital Scripps.
Juntos participaron en el proyecto de innovación inalámbrica auspiciado por el gigante europeo de telecomunicaciones.
Su visión era que la tecnología podría cambiar esta enfermedad que cobra vidas en el planeta.
“Más de medio billón de personas en el mundo tienen acceso a teléfonos móviles pero carecen de acceso a médicos”, dice el anuncio del colposcopio de MobileODT. Según su página web la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), lo aprobó en diciembre de 2016.
Pruebas como las realizadas en Tijuana por Fronteras Unidas Pro Salud y Scripps se repitieron en otras naciones.
La Dra. Erika García Ruppert, co-investigador biomédico y enlace entre el hospital Scripps y el equipo en México, dice que el proyecto continúa gracias a los fondos obtenidos.
“En Jalalabad, Afganistán, están unos médicos gineco-obstetras que están brindando la primera clínica de detección de cáncer a esta ciudad y ellos ven a las pacientes ahí, guardan las imágenes, se comunican con el Dr. Bruce Kahn aquí en San Diego. Les da su opinión clínica y ellos deciden el tratamiento mientras la paciente está ahí”, dice la doctora mexicana.
“Se hace todo de una manera tan fácil, tan rápida y están viendo a una paciente, que tiene cero recursos, tres especialistas en diferentes partes del mundo al mismo tiempo”.
La tecnología inalámbrica facilita la Telemedicina.
“Las bases de la bioingeniería para el funcionamiento del aparato son precisamente convertir el avance óptico y cálculos matemáticos para poder brindar una imagen extremadamente nítida de una lesión del cuello de la matriz de una mujer mucho más que lo que hace el colposcopio tradicional”, dice la Dra. García Ruppert.
Otras compañías también desarrollaron colposcopios móviles. Incluso hay uno que permite que la propia paciente se haga el examen.
El modelo probado en Tijuana permite subir la información vía Internet y almacenarla “en la nube” bajo una estricta plataforma de seguridad para proteger los datos, mientras permite el análisis de varios especialistas para un mejor tratamiento.
“La información se envía de un sitio a otro de manera encriptada”, dice la médico de Scripps.
El modelo original ha cambiado, dice la Dra. Carmen Ibarra.
“Para mí es muy importante haberlo conocido desde que inició, porque este ya es el segundo. El primero era un poquito más grande, más pesado, la luz no era tan fuerte. Entonces de acuerdo a los comentarios de los médicos que lo utilizan, los bio-ingenieros hacen todas las mejoras a los equipos”, dice la tijuanense.
Mientras las relaciones entre mexicanos y norteamericanos parecen complicarse por cuestiones políticas con la presidencia de Donald Trump, este proyecto demuestra los alcances de la cooperación internacional.
El año pasado el gobierno mexicano organizó la semana para la sensibilización del cáncer cervicouterino y enfatizó la necesidad de impulsar la lucha contra esta enfermedad.
La detección se retrasa o se evita porque para muchas mujeres es motivo de vergüenza, —por tratarse de un padecimiento que puede iniciar por transmisión sexual— y los prejuicios de la sociedad mexicana respecto al ejercicio de la sexualidad de las mujeres.
En el 2016 usaron la frase y etiqueta para redes sociales: El cáncer de cuello uterino #MásCercaDeLoQueParece
Esta vez tendrán otra herramienta digital.
“Cada vez con aparatos más pequeños hacemos cosas más grandes”, dice la Dra. Carmen Ibarra.