Este es el tercer año en el
que se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas; la decisión la
tomó la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2013. El motivo
es fácil de comprender: cada año millones de mujeres, hombres y niños son
víctimas de la trata con fines de lucro.
La diversificación del negocio
millonario que representa la trata, incluye la explotación sexual, la
esclavitud laboral en las peores condiciones, ya sea en fábricas o en granjas,
los matrimonios serviles, y hasta llegan a ser una cifra más de las
estadísticas del tráfico de órganos.
El Informe Mundial de 2015 sobre
la trata de personas de UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y
el Delito) exhibe la verdadera magnitud del delito: al menos 152 países de
origen y 124 países de destino; el blanco son los más vulnerables de la
sociedad: 33% de las víctimas son niños, un incremento de cinco puntos en
comparación con el período 2007-2010, las niñas (dos de cada tres niños
víctimas) junto con las mujeres, ahora representan 70% quienes caen en la garras.
México tiene
ciertas las zonas con altos números de trata de personas, y cuatro grandes
rutas para traficarlas; las ciudades con mayor incidencia son: Tijuana, Mexicali,
Nogales, Ciudad Juárez, Acapulco y Cancún. Tlaxcala es un caso único y
preponderante, según un estudio reciente de la ONU.
La trata de
personas genera ganancias que fluctúan entre los 32 mil y los 36 mil millones
de dólares anuales. Se calcula que de dos a cuatro millones de personas son
captadas cada año, y casi un millón son trasladas a través de las fronteras, lo
que hace casi imposible su localización.
Se han identificados
los patrones recurrentes con los que los delincuentes se hacen de víctimas: por
engaño (enamoramiento) es el número uno. Explotación sexual o laboral, el
segundo. Además, los grupos o redes criminales se adaptan, aprenden, innovan
sus estructuras delictivas; modifican el modus operandi conforme se necesite, y
el internet les ha venido a abrir una enorme ventana de oportunidad.
De los países consignados en
los informes de la UNDOC, cerca de 40% reportaron menos de diez condenas por
año, 15% no registraron ni una sola; esto ilustra el nivel de impunidad de los traficantes
de personas que siguen con el negocio en casi total impunidad.