A los 22 años, Ash dejó Australia para recorrer el mundo. Sus padres le recomendaron conseguir trabajo en el Reino Unido, y así llegó a Cornwall, en el suroeste de Inglaterra. Pero lo que encontró fue muy distinto a lo que su familia esperaba: un empleo como stripper.
“Había estado en el ejército desde los 17 años y siempre luché con mi confianza”, relata. “Pero en ese entonces, el alcohol enmascaraba mi ansiedad social.
Así que cuando surgió la oportunidad de desnudarme por dinero, pensé: ‘Ya lo hacía gratis en el ejército por diversión… al menos que me paguen por ello’”
Sin embargo, su secreto no duró mucho. Una foto de uno de sus shows apareció en Facebook y su madre, que creía que él trabajaba en seguridad, la vio. “No estaba enojada, solo decepcionada”, le dijo. Esas palabras le dolieron.
DEL GUION AL ESCENARIO: LA EVOLUCIÓN DEL ESPECTÁCULO
El trabajo inicial no fue lo que prometía, pero Ash encontró una nueva oportunidad tras bastidores en Londres. Esa experiencia le abrió las puertas a uno de los espectáculos de striptease más grandes del Reino Unido. Con rutinas coreografiadas, actuaciones grupales y un cierre bajo lluvia artificial, el show era más arte escénico que erotismo.
Todo cambió cuando sus padres asistieron a una función. Vieron la teatralidad, el profesionalismo y comprendieron que no se trataba del espectáculo vulgar que temían. Se fueron orgullosos.
BODYBUILDING, DROGAS Y UN RITMO INSOSTENIBLE
Durante ese periodo, Ash también se sumergió en el mundo del fisicoculturismo. Entrenaba intensamente, participaba en competencias y, como muchos en el medio, usaba esteroides y otras drogas. Cocaína, marihuana y fiestas formaban parte del estilo de vida. Pero esa vida no era sostenible.
En 2018, tocó fondo. Decidió abandonar la industria para adultos y alejarse del caos. Tras el fin de su matrimonio en 2022, regresó brevemente, pero algo ya no encajaba.
“Sentía que estaba vendiendo mi alma. No me arrepiento, pero había empezado a cruzar mis propios límites solo por dinero”.
UN LLAMADO INTERIOR: DEL CAOS A LA CONCIENCIA PLENA
El cambio llegó con un camino nuevo: el desarrollo personal, el trabajo con la respiración y la espiritualidad. En septiembre de 2024, Ash se unió a un monasterio en Chiang Mai, Tailandia, para participar en un retiro de 30 días diseñado para occidentales que deseaban vivir como monjes.
Sin teléfono, sin música ni distracciones, el programa incluía despertar a las 4 a.m., meditación, cánticos, tareas comunitarias y clases de Dharma. Durante su estancia, Ash experimentó lo que él llama “descargas” espirituales que le indicaron que debía mudarse a Dubái y convertirse en una presencia estabilizadora para otros. Dos días después de salir del monasterio, recibió la noticia de que debía desocupar su hogar. Todo pareció alinearse con su nuevo propósito.
UNA NUEVA VIDA BASADA EN EL SERVICIO
Hoy, Ash vive en Medio Oriente, donde medita una hora al día, guía sesiones de breathwork, da coaching y ayuda a sus clientes a regular su sistema nervioso y romper creencias limitantes.
“Vivo en cero resistencia. Me siento en calma, centrado y consciente de una forma que nunca creí posible”.
Desde su regreso a las redes sociales en abril de 2024 —tras seis meses de desconexión— decidió publicar únicamente contenido que se alinee con su versión actual. Hoy, con 147,000 seguidores en Instagram (@consciously_ash), comparte su camino para inspirar a quienes aún luchan en silencio.
“Muchas personas sufren sin decir nada. Creen que están solas. Pero todos atravesamos lo mismo, solo que de formas distintas. Y la transformación es posible”.
DEL EXCESO A LA INTROSPECCIÓN: UN VIAJE HACIA EL PROPÓSITO
Ash asegura que antes vivía la vida que muchos hombres sueñan: acelerada, salvaje, seductora. Ahora, vive una vida dedicada al servicio.
“Todo lo que viví —cada show, cada error, cada revelación— me trajo hasta aquí. No se trataba solo de encontrarme a mí mismo. Se trataba de estar listo para servir a los demás”.
Planea regresar al monasterio cada año, aunque sabe que su propósito no está en el retiro perpetuo, sino en ayudar a otros. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)