En el planeta las mujeres no solo se organizan para resistir a la violencia masculina; el concepto de sororidad —que alude al apoyo mutuo entre mujeres— también se manifiesta en el reino animal. Un ejemplo notable son las hembras bonobo, que se alían para protegerse del dominio y la agresión de los machos.
Dentro del mundo de los mamíferos, el liderazgo femenino sobre los machos es un fenómeno poco habitual. No obstante, investigaciones recientes revelan que incluso en especies con un marcado dimorfismo sexual —es decir, donde las diferencias físicas entre machos y hembras son muy pronunciadas, especialmente en tamaño—, las hembras pueden alcanzar un estatus elevado, así lo señala la revista académica Nature.
Para explorar la hipótesis de la “sororidad” entre hembras bonobo —una de las especies más cercanas evolutivamente al ser humano—, un equipo de científicos analizó durante tres décadas datos demográficos y de comportamiento de seis comunidades en estado salvaje.
“Los resultados respaldan únicamente las predicciones de la hipótesis de la coalición femenina. Nuestro estudio muestra que una hembra bonobo promedio en la naturaleza ganó 61 por ciento de los conflictos con machos subadultos y adultos y superó en rango a aproximadamente 70 por ciento de esos machos.”, explican los autores del estudio.
LA FIGURA DE LAS HEMBRAS BONOBO FRENTE A LOS MACHOS
Las otras dos hipótesis planteadas y después descartadas por los investigadores acerca de la alianza entre hembras abarcaban:
La autoorganización: la elevada frecuencia de enfrentamientos entre machos provoca que algunos de ellos, tras sufrir repetidas derrotas, pierdan capacidad competitiva, lo que puede hacer que queden por debajo de ciertas hembras tanto en términos de poder de victoria como en su posición jerárquica.
Control reproductivo: hace referencia a los mecanismos que promueven estrategias de apareamiento no agresivas por parte de los machos. De acuerdo con esta hipótesis, los machos tienden a adoptar comportamientos menos agresivos cuando su capacidad para monopolizar a las hembras fértiles se ve limitada.
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“En los bonobos, aunque las hembras suelen ser el sexo migratorio, pueden tener prioridad de acceso a los recursos alimenticios, superar en rango a los machos y los rangos más altos entre los adultos están ocupados por hembras (…) Esta especie se diferencia de todas las demás de grandes simios”, refiere Nature en el artículo publicado a finales de abril.
No obstante, los grupos conformados por hembras varían según la comunidad y el tiempo. En la vida silvestre los machos suelen permanecer en sus comunidades de origen de forma más constante, lo que les brinda la posibilidad de establecer alianzas duraderas, especialmente con sus madres. En tres de las comunidades estudiadas —Ekalakala, Bompusa West y posiblemente Bompusa East— se observó la presencia de las madres de los machos de mayor rango, siendo ellas las que mandan. En cambio, en las otras dos comunidades, Kokoalongo y Fekako, ninguno de los machos adultos convivía con una madre viva.
Además, la competencia por los alimentos tiende a ser más frecuente en condiciones de cautiverio, y se ha comprobado que en este tipo de contexto las hembras bonobo ejercen un mayor grado de poder. N