La Rumorosa, conocida por sus imponentes paisajes y su peligrosa carretera, se ha convertido en un foco de inseguridad en Baja California. Mientras los residentes y visitantes lidian con el aumento de delitos violentos, la Guardia Estatal de Seguridad sigue ausente, sin reportes claros de acciones efectivas para contener el avance del crimen organizado en la zona.
En los últimos meses, ha sido escenario de delitos de alto impacto. La Fiscalía General del Estado, encabezada por Ma. Elena Andrade Ramírez, ha implementado operativos en un intento de frenar la ola de crímenes, sin embargo, los esfuerzos han sido insuficientes. Según la fiscal, la zona es disputada por bandas criminales dedicadas al huachicoleo y al tráfico de personas, actividades que han incrementado la violencia.
Asesinato de youtuber revela la crudeza del abandono estatal
El reciente asesinato de un youtuber, conocido por promover visitas a la región, ha generado conmoción y un llamado de atención sobre los riesgos que enfrentan quienes transitan por La Rumorosa. Las redes sociales se llenaron de mensajes de indignación y temor, mientras los comerciantes locales expresan su preocupación por el impacto en sus negocios. “La gente ya no quiere venir. Tenemos miedo de que algo nos pase”, comenta Jorge Méndez, dueño de un pequeño restaurante en el área.
La violencia ha escalado a niveles alarmantes. Los comerciantes locales han expresado su temor ante la falta de protección policial, y los transportistas que recorren la carretera federal 2D advierten sobre robos, secuestros y extorsiones. Sin embargo, la Guardia Estatal parece centrarse más en sus polémicos operativos que en brindar seguridad efectiva.
Operativos cuestionables, sin estrategia ni resultados
En redes sociales circulan denuncias constantes sobre abusos y excesos cometidos por elementos de la Guardia Estatal. La percepción general es que los operativos están más enfocados en amedrentar a la población que en perseguir a los verdaderos criminales.
“Tenemos una Guardia Estatal que parece estar operando a ciegas, sin un plan claro de acción y sin resultados concretos”, señaló Jorge Ramos Hernández, diputado local, al cuestionar la efectividad de la corporación en La Rumorosa. Las declaraciones de Ramos reflejan el sentir de muchos residentes que ven cómo la zona se ha convertido en un territorio sin ley, donde los grupos criminales operan con total impunidad.
Autoridad ausente, criminales presentes
En lugar de reforzar la seguridad, los operativos de la Guardia Estatal han generado más dudas que certezas. Casos de abuso de autoridad, detenciones arbitrarias y uso excesivo de la fuerza son algunos de los señalamientos que han circulado en redes sociales y que no han sido aclarados por las autoridades.
En contraste, las bandas criminales han diversificado sus operaciones en La Rumorosa, desde el huachicoleo hasta el tráfico de personas. La ausencia de un plan estratégico por parte de la Guardia Estatal ha permitido que estos grupos sigan operando sin mayor obstáculo, mientras los habitantes viven con el temor constante de ser víctimas de algún delito.
Miedo cotidiano y negocios cerrando temprano
Para los comerciantes locales, la situación es insostenible. Negocios que solían depender del turismo ahora cierran temprano por miedo a ser asaltados, y los residentes evitan salir por la noche, conscientes de que la Guardia Estatal no garantiza su seguridad.
“Es increíble que mientras en otras partes del estado se presumen operativos de gran envergadura, aquí en La Rumorosa apenas vemos patrullas pasando de vez en cuando, sin una estrategia clara ni resultados visibles”, comenta Roberto Méndez, dueño de un restaurante en la zona.
El silencio oficial y el costo humano del abandono
El Gobierno del Estado ha mantenido un perfil bajo frente a las críticas. En lugar de transparentar las acciones de la Guardia Estatal, las autoridades han optado por minimizar los señalamientos de abuso de poder y falta de efectividad. Mientras tanto, la inseguridad sigue cobrando víctimas y La Rumorosa se consolida como un territorio dominado por la incertidumbre y el abandono estatal.
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Para los habitantes de esta icónica zona de Baja California, la situación es clara: o la Guardia Estatal asume de una vez por todas su responsabilidad y combate el crimen de manera efectiva, o los delincuentes seguirán imponiendo sus propias reglas, ante la ausencia de una autoridad capaz de restablecer el orden. N