Lejos de ser una panacea, pueden tener un efecto perjudicial para el sistema inmunológico. Entremos en el mundo de los antibióticos para entender mejor cómo funcionan, cómo afectan tu salud y su impacto positivo o negativo.
Tu sistema inmunológico es el equipo de defensa de tu cuerpo y te protege de bacterias, virus, toxinas y otros invasores dañinos. Existen varios componentes:
- Glóbulos blancos (leucocitos): combaten las infecciones.
- Células T: atacan y destruyen las células infectadas; también “recuerdan” las infecciones para una respuesta rápida en futuras infecciones.
- Células B: producen anticuerpos.
- Anticuerpos (inmunoglobulinas): son las proteínas producidas por las células B. Se unen a sustancias extrañas (antígenos) para neutralizarlas.
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Cuando nos enfrentamos a amenazas para la salud, las diferentes partes del sistema inmunológico trabajan juntas para eliminar a estos atacantes. La clave para eso es una respuesta inmune equilibrada. Una respuesta inmune poco activa proporciona una defensa inadecuada y es posible que no te proteja completamente de esos pequeños atacantes, dejándote susceptible a enfermedades, infecciones y problemas crónicos.
Una respuesta inmune hiperactiva puede hacer que tu cuerpo ataque todas las células, incluidas las sanas, provocando otros problemas, como alergias, eczemas, inflamación e incluso algunas enfermedades autoinmunes.
Pero a veces las defensas naturales de tu cuerpo no son suficientes. Necesitas ayuda adicional; y viene en forma de antibióticos.
¿CÓMO FUNCIONAN LOS ANTIBIÓTICOS?
Los antibióticos se refieren a medicamentos que detienen el crecimiento de bacterias. Por lo general se recetan cuando el cuerpo tiene una infección bacteriana, de oído o del tracto urinario. Las infecciones virales no responden al tratamiento con antibióticos.
Algunos de sus posibles efectos secundarios son: diarrea, mareo, náuseas, erupción, vómito, infección por hongos y desbalance de microbiota intestinal.
Aproximadamente 80 por ciento de tu sistema inmunológico está en el intestino, lo que crea un vínculo fuerte e innegable entre tu salud intestinal y tu salud inmunológica.
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Cuando los antibióticos eliminan todo el microbioma no solo atacan a las bacterias dañinas, también eliminan las bacterias beneficiosas, dejando el intestino vulnerable a la formación de nuevas colonias bacterianas. Y dado que la mayoría de las células inmunitarias viven en el microbioma, este desequilibrio no solo afecta el sistema digestivo, debilita directamente la capacidad de tu sistema inmunológico para defenderse contra enfermedades futuras.
A pesar de estos efectos secundarios, hay ocasiones en que sí debemos tomarlos. En ese caso toma probióticos por lo menos un mes después del tratamiento y come comida fermentada (kéfir, kombucha, miso, yogur) diariamente por seis meses.
Al cuidar tu salud intestinal promueves tus defensas inmunitarias naturales, lo que te ayuda a recuperarte de los efectos de los antibióticos. N
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Jessica Nasser es licenciada en nutrición clínica por la Universidad Anáhuac, certificada como entrenadora personal por la World Fitness Association y diplomada en nutrición vegetariana por el Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud de España. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.