En una medida que refuerza la presencia militar estadounidense en el Golfo de México, la Marina de EE.UU. desplegó el destructor USS Gravely para llevar a cabo una operación de interdicción de drogas. El buque, que ha operado en zonas de conflicto como el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, trabajará en estrecha colaboración con la Guardia Costera, según informó el Pentágono.
Seguridad y estrategia: una acción con múltiples implicaciones
El Comando Norte de EE.UU. justificó la medida como una “respuesta coordinada y contundente” ante el narcotráfico, el terrorismo marítimo, la proliferación de armas y la inmigración ilegal. “La capacidad de navegación del Gravely mejora nuestra habilidad para proteger la integridad territorial, la soberanía y la seguridad de EE.UU.”, afirmó el general Gregory Guillot, comandante de la unidad.
El despliegue también incluye la participación de un Destacamento de Aplicación de la Ley de la Guardia Costera (LEDET), encargado de misiones de combate a la piratería, interdicción migratoria y seguridad nacional.
Un patrullaje con antecedentes de acción ofensiva
Desde su puesta en servicio en 2009, el USS Gravely ha participado en operaciones militares clave, incluyendo el lanzamiento de misiles Tomahawk contra rebeldes hutíes en Yemen. Su actual despliegue en el Golfo de México podría marcar un nuevo capítulo en la política de seguridad fronteriza de EE.UU.
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La decisión de enviar el destructor se suma a otras medidas de la administración de Donald Trump enfocadas en el combate al narcotráfico y la inmigración irregular, como el refuerzo militar en la frontera sur y la cancelación del programa CBP One. Aunque el Pentágono insiste en que la misión es estrictamente antidrogas, la presencia de una embarcación de tal envergadura en la región plantea interrogantes sobre sus implicaciones políticas y estratégicas a futuro. N
Con información de Animal Político.