Las ondas que comprueban propuestas de la Teoría de la Relatividad del afamado físico Albert Einstein fueron detectadas por LIGO, Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory, un laboratorio estadounidense dedicado a la observación de este fenómeno.
El descubrimiento, revelado en una conferencia de prensa en Washington, finaliza esfuerzos de décadas y confirma una predicción hecha por Albert Einstein en su Teoría general de la relatividad de 1916.
Las ondas gravitacionales son perturbaciones en el espacio-tiempo por los efectos del desplazamiento de un objeto de enorme masa. Estas perturbaciones se desplazan a la velocidad de la luz en la forma de ondas.
¿QUÉ SON LAS ONDAS GRAVITACIONALES Y PORQUÉ SON IMPORTANTES?
“Gracias a este descubrimiento, la humanidad se embarca en la maravillosa exploración de los lugares más extremos del Universo, donde se forman objetos y fenómenos por la deformación del espacio-tiempo”, explica Kip Thorne, profesor de física teórica en Caltech (California Institute of Technology).
El observatorio, que cuenta con dos sensores, uno en Livingston, Louisiana, y el otro en Hanford, Washington detectó las ondas por medio de estos sensores, cada uno de cuatro kilómetros de largo.
De acuerdo con la teoría general de la relatividad, un par de agujeros negros en que cada uno orbita en torno al otro pierde energía, produciendo las ondas gravitacionales. Son estas ondas las que fueron detectadas el 14 de septiembre del año pasado, exactamente a las 16:51 (GMT).
Los sensores utilizan dos largas herramientas entre las cuales se lanzan rayos laser de “espejo a espejo” al llegar las ondas llegaron a la tierra provocaron una perturbación en el reflejo de los láseres.
La comparación de los momentos de llegada de las ondas gravitacionales a los dos detectores Ligo (7.1 milisegundos de diferencia) distantes 3.000 Km uno del otro, y el estudio de las características de las señales medidas, confirmaron la detección.
De acuerdo con Gabriela Gonzalez, vocera de LIGO, las ondas detectadas se originaron en la última fracción de segundo antes de la fusión de dos agujeros negros.
El análisis de los datos permitió determinar que esos dos agujeros negros se fusionaron hace unos 1300 millones de años. Cada uno de ellos con entre 29 y 36 veces más masa que el Sol, con un diámetro de sólo 150 Km.
La posibilidad de una colisión entre estos objetos celestes aún misteriosos que resultan del colapso gravitacional de enormes estrellas había sido predicha por Einstein, pero el fenómeno jamás había sido observado.
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Con información de AFP