Argentina y Uruguay han notificado en el último mes brotes de encefalomielitis equina en ganado y humanos. La enfermedad viral es transmitida por mosquitos, y se encuentra presente en el continente americano.
El virus se mantiene normalmente en la naturaleza alternando entre huéspedes vertebrados y mosquitos vectores. La encefalitis causada por este virus se produce esporádicamente en caballos y humanos desde mediados del verano hasta finales del otoño en las regiones templadas, pero puede producirse durante todo el año en las regiones tropicales, dependiendo de las condiciones climáticas que favorecen la presencia del mosquito vector.
LA INCUBACIÓN DE LA ENCEFALOMIELITIS EQUINA EN HUMANOS
En humanos, la encefalomielitis equina tiene un periodo de incubación de dos a diez días. La mayoría de los casos son asintomáticos o se presentan como cuadros leves con fiebre, cansancio, dolores musculares y malestar general que se resuelven espontáneamente en siete a diez días.
Sin embargo, algunos pacientes presentan progresión del cuadro clínico con síntomas neurológicos como cefalea, fotofobia, convulsiones y alteración del sensorio. Los síntomas neurológicos más frecuentes son debilidad y temblores generalizados, informa el Ministerio de Salud de Argentina.
“Como medidas de prevención se recomienda el saneamiento ambiental para evitar la proliferación de mosquitos y la protección de las personas que trabajan o viven en las inmediaciones de lugares propicios para el desarrollo de mosquitos y donde se alojan caballos. Ante la presencia de síntomas, se recomienda la consulta médica”.
La encefalomielitis equina puede propagarse de una zona a otra por la migración de aves infectadas o por los desplazamientos de humanos o animales portadores del virus. Dado que las aves ejercen de reservorio, pueden actuar como anfitriones amplificadores y diseminar el virus a otros países. Son grupo de riesgo todas aquellas personas que vivan, trabajen o ejerzan actividades al aire libre en zonas endémicas o allí donde se haya declarado un brote epidémico activo en animales.
EL PROCESO DE DIAGNÓSTICO
Dado que el cuadro clínico es inespecífico, para diagnosticar la infección por el virus de encefalomielitis equina en humanos se precisa confirmación mediante técnicas de laboratorio, como el diagnóstico virológico (directo) por amplificación de ácidos nucleicos o quizá por cultivo celular y métodos serológicos (indirectos) para detectar los anticuerpos sintetizados contra el virus, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En general, para el diagnóstico se utilizan muestras de suero y de líquido cefalorraquídeo, aunque este último solo debe extraerse en casos que presenten síntomas neurológicos y por indicación clínica”, indica la OMS.
La enfermedad clínica en los caballos se caracteriza por fiebre, anorexia y depresión. En los casos más graves, puede evolucionar a hiperexcitabilidad, ceguera, ataxia, depresión mental grave, postración, convulsiones y muerte. N