Las autoridades en Francia propondrán a las dos activistas que rociaron con sopa el cristal protector de la Mona Lisa, en el museo del Louvre, una alternativa a una acción judicial consistente en el pago de una “contribución ciudadana”; con este ya son seis los ataques contra la obra en más de 100 años de exhibición.
Las dos activistas, que permanecieron en custodia policial desde este domingo 28 de enero cuando relataron el ataque, comparecerían este lunes 29 de enero ante un delegado del fiscal, “con vistas a una contribución ciudadana”, que es una alternativa al procesamiento, indicó a AFP la fiscalía de París.
El domingo, ambas mujeres rociaron con sopa de calabaza, que habrían escondido en un termo de café, la obra maestra de Leonardo Da Vinci para defender “el derecho a una alimentación sana y sostenible” y denunciar un “sistema agrícola enfermo”.
LOS ATAQUES A LA MONA LISA: PEDRADA, SOPA Y PINTURA
Durante los últimos 113 años, la Mona Lisa ha sido robada, padecido ataques con pintura, un pastel, sopa e incluso con una taza, pese a estar blindada no se ha salvado que los intentos de dañarla continúen.
El 22 de agosto de 1911 fue el día que el personal del Museo del Louvre se dio cuenta de que la Mona Lisa había desaparecido del lugar que ocupaba en el Salon Carrée. La búsqueda incansable no tuvo ningún éxito y se calificó como “el robo de arte más famoso de la historia”.
La obra desapareció durante dos años, sin embargo, se pudo recuperar cuando Vincenzo Peruggia, un extrabajador del museo, intentó venderla en Florencia. El hombre la hurtó y mantuvo en su poder esperando el momento para comercializarla. Sin embargo, fue descubierto, y detenido. La pintura se entregó nuevamente al museo sin daño alguno. El suceso hizo que el Louvre tomara altas medidas de precaución y la protegió de cualquier otro robo.
LA PEDRARA A LA GIOCONDA
Una década después, en 1956, la obra, también conocida como Gioconda, nuevamente sumó un ataque. Durante el último día de ese año, un hombre lanzó una piedra contra el cuadro e impactó en el cristal protector de la obra. Pese al tipo de material, el lanzamiento logró romperlo y provocó el desprendimiento de la capa pictórica a la altura del codo izquierdo de la Mona Lisa. Aunque se intentó restaurar ello no se logró y el daño se puede observar a simple vista.
UNO DE LOS ATAQUES A LA MONA LISA ES FALSO
Entre los ataques se ha identificado uno que es falso. Pocos meses antes de la pedrada, según artículos periodísticos, un hombre lanzó ácido a la obra y dañó la parte inferior, sin embargo, esto no ha sido corroborado por los poseedores de la pintura. “No se ha producido ningún ataque con ácido sobre la tabla que haya producido daños en el cuadro. Esta historia es falsa”, declararon a la revista NatGeo los encargados del Departamento de pinturas del museo.
La seguridad del cuadro nuevamente fue modificada después de la pedrada. Desecharon el cristal que demostró que no protegía del todo a la Mona Lisa y le fue colocado otro que esta vez fue a prueba de balas. Ese nuevo escudo ayudó a salvaguardar la obra de un ataque en 1974.
Esta vez se trató de pintura. Aquel año la Mona Lisa salió del Louvre para ser exhibida en el Museo Nacional de Tokio, en el recinto una mujer lanzó pintura roja sobre la obra en protesta contra el museo por no mantener facilidades de acceso para las personas con alguna discapacidad. Ello provocó que el museo tomará la lamentable decisión de no volver a exhibir a la Gioconda en otro museo que no fuera el Louvre.
LOS ATAQUES CONTRA LA MONA LISA TAMBIÉN INCLUYEN UNA TAZA
Los ataques continuaron en 2009. Ese año una mujer que visitó el Louvre compró una taza en la tienda del museo y posteriormente la lanzó sobre la Mona Lisa. El acto, dijo la mujer, fue una especie de protesta después de que las autoridades le negaron la nacionalidad francesa.
Antes del ataque de este 28 de enero, el más reciente fue el de mayo de 2022. Aquel día un hombre entró en el Museo de Louvre y al llegar frente al cuadro le lanzó un pastel. El cristal blindado, nuevamente, protegió la obra, y simplemente bastó con limpiar el betún.
En este nuevo ataque, las dos ecologistas fueron detenidas por violar las normas de entrada y permanencia en el museo, como el hecho de cruzar la zona de seguridad delante del cuadro, explicó la fiscalía. Este delito está penado con 1,500 euros (1,620 dólares) de multa. N