En la frontera entre México y Estados Unidos, en Baja California, se teje una historia única a través de la utilización de carros estadounidenses. Este relato es una mezcla fascinante de conexión cultural, necesidades económicas y desafíos regulatorios. Desde hace décadas, los autos provenientes de Estados Unidos, conocidos coloquialmente como “autos gringos” o “autos chocolate”, han encontrado un hogar en las bulliciosas calles de ciudades como Tijuana y Mexicali.
Esta relación transfronteriza no es solo una cuestión de preferencia, sino una respuesta pragmática a las condiciones económicas y al acceso a vehículos más asequibles. El fenómeno de los autos estadounidenses en Baja California tiene sus raíces en la disparidad de precios entre ambos lados de la frontera.
La posibilidad de adquirir un vehículo a un costo más bajo en Estados Unidos ha llevado a una importación constante, a pesar de los desafíos asociados. La flexibilidad económica que brindan estos autos ha sido esencial para muchas familias con presupuestos ajustados, permitiéndoles acceder a la movilidad de una manera más accesible.
Sin embargo, esta conexión transfronteriza no está exenta de desafíos. Las regulaciones y restricciones asociadas con la importación de autos estadounidenses han llevado a una serie de complicaciones legales. Los esfuerzos del gobierno para regularizar estos vehículos han sido recibidos con opiniones divididas, ya que, si bien ofrecen una vía legal, también imponen costos y restricciones significativas.
El impacto de esta relación se extiende más allá de lo económico. Los autos estadounidenses se han convertido en un símbolo de la conexión entre las dos culturas. Son testigos rodantes de historias compartidas, de familias que cruzan la frontera en busca de oportunidades y de una integración única que se refleja en las calles llenas de estos vehículos diversos.
Aunado a esto, a partir del pasado primero de diciembre, propietarios de vehículos “chocolate” en Baja California han estado realizando sus trámites para la regularización de sus automóviles, donde en el caso de Tijuana, actualmente los ciudadanos están acudiendo a las instalaciones del Instituto de Movilidad Sustentable (IMOS) para iniciar con el proceso de regularización. Esto debido al decreto publicado en el diario oficial de la federación, el cual da pie a la regularización de vehículos extranjeros
En las instalaciones del IMOS, algunos usuarios compartieron su opinión a Newsweek respecto a las ventajas que tiene este decreto actualizado.
“Mi ventaja es tener en regla lo que es el carro con las placas, y que ya la policía municipal no tenga pretexto para quitarnos los vehículos, ya que la verdad es una necesidad”.
“Ayuda mucho a la gente que no tiene suficiente dinero para comprar un carro de agencia y aparte que los costos están muy accesibles, tenemos la manera de regularizar un carro por persona y lo veo muy bien”.
“Me parece buena opción que nos dan a los ciudadanos, ya que no todos tenemos la oportunidad de cumplir con la normatividad de la importación”.
“Ya puedes sacar el carro sin el temor a que te pare la policía o que te lo vaya a quitar, te facilita legalizar el carro y a que antes tendrías que pagar más dinero”.
“Me parece bien, ya que las importadoras cobran demasiado dinero, y aparte con este decreto tenemos la oportunidad de regularizar cualquier carro, ya que nos vemos obligados a comprar americanos porque los de aquí salen carísimo”.
Con relación a la aprobación también de vehículos de procedencia europea y asiática, las personas respondieron:
“Estábamos preocupados porque no había pasado la letra, ya podemos regularizar para no tener problemas con la ley, y eso es una gran ventaja y agradecerle al gobierno del estado ahorita que está haciendo lo que nunca había hecho, darnos la oportunidad de tramitar nosotros con facilidad nuestro carro”.
“Antes teníamos que pagar demasiado las cuotas con las importadoras, ahorita gracias a dios que está bien todo, y vamos para adelante con el trámite de nuestro carro, ya no vamos a andar con problemas de la policía y pues hay que estar agradecido con lo que está pasando”.
El debate sobre la regularización y la aceptación de los autos estadounidenses en Baja California continúa, pero lo que queda claro es que estos vehículos han tejido una narrativa única en la rica historia de esta región fronteriza. Ya sea por necesidad económica, preferencia cultural o simplemente por la conveniencia de la accesibilidad, los autos estadounidenses han dejado una huella duradera en las carreteras de Baja California, un testimonio rodante de la complejidad y la interconexión de la vida en la frontera. N