Corría el año 2000 cuando yo vivía en la umbría, estado central de Italia, y estudiaba en la universidad italiana para extranjeros. Por las mañanas el idioma y cultura general y en el turno vespertino un curso de derechos humanos.å
Por este tiempo estalló la guerra del Rosova, ubicada en la península balcánica, que años atrás perteneció a serbia, de la cual se declaró independiente en el año 2008, más tarde en 1968 se convirtió en provincia autónoma socialista de Kosovo, y geográficamente se ubica frente a la península itálica cruzando el mar Adriático.
Enfrente de mi condominio en el cual yo habitaba em la ciudad de Perugia estaba una gran fuente hermosa que se denomina la fontana y todas las tardes yo veía mujeres vestidas de negro agarras de manos rodeando la fontana.
Se trataba de una manifestación de madres de familia que no querían que se llevaran a sus hijos a la guerra, pues la mayoría de niñas vivieron la experiencia de la segunda guerra mundial.
Afortunadamente en este tiempo ayudó que rusia cuya economía andaba mal, y que muchos jóvenes rusos bajaron de su país y se incorporaron a la guerra.
A mí me encantó la idea y de inmediato me incorpore al movimiento donde desde luego nunca firme por ser extranjera.
Todo el pueblo apoyaba a las mujeres de negro, y mi escuela organizó una marcha de protesta y realizamos una manta en donde todos los alumnos escribimos paz en si idioma ya que todos éramos de diferentes países.
Fue la experiencia mejor de mi vida, se efectuó de Perugia al siguiente pueblo que es francisco de Asís, la mayor parte ciudadanos voluntarios, en un orden espectacular, cuando pasábamos por las casas, salían los residentes a darnos paninis, así como vino de mesa y nos ofrecían bancas para descansar un rato.
Lo que más me impresiono fue el orden y el respeto ciudadano por la marcha, no cabe duda que nos llevan cientos de años en civilización, lo cual es inevitable.
Cuando se referían a nuestra cultura nos llamaban barbaros y yo me ofendía, y esto que en ese tiempo no se estilaban los cadáveres colgados ni las matazones como actualmente. Educarme en Europa fue el mejor aprendizaje en mi vida, fui a conocer su cultura y mejoré en todo sobre todo mi español, pues me di cuenta lo mal que lo usamos, ellos son muy apegados a la real academia.
Es muy diferente ir como turista que vivir y caminar su cultura y dios me lo concedió “un sueño hecho realidad”. N