El transbordador “Blue Wave Harmony”, con capacidad para transportar un centenar de camiones con mercancías, unirá desde este jueves 10 de agosto El Salvador y Costa Rica, lo que reducirá los tiempos de viaje y dinamizará el comercio en toda América Central.
El buque, de bandera panameña, zarpó hacia las 09:00 horas locales (15:00 GMT) en su viaje inaugural desde el puerto salvadoreño de La Unión, en el Golfo de Fonseca, y atracará unas 16 horas después en Caldera, en el Pacífico costarricense.
Un día después el transbordador regresará hacia La Unión. El trayecto por carretera entre las capitales de ambos países es de 918 kilómetros, toma cuatro días e implica circular a través de Honduras y Nicaragua.
“La tarifa que cobrará el ferri es bastante asequible, y los tiempos de entrega (de la mercancía) son más cortos y eso es una gran ventaja”, señaló la presidenta de la Corporación de Exportadores de El Salvador, Silvia Cuellar.
El transbordador, con dos salidas semanales en cada sentido, ofrece el único servicio marítimo internacional de carga entre países de Centroamérica, donde ahora solo operan buques turísticos.
EL FERRI “BLUE WAVE HARMONY” EVITARÍA ROBOS POR TIERRA Y PAGO DE SOBORNOS
El transporte por carretera entre El Salvador y Costa Rica implica ocho procesos aduaneros, mientras que con el ferri solo serán dos, al zarpar y al arribo de la nave, según el servicio portuario salvadoreño.
“Mejorará la competitividad de ambos países a nivel regional al establecer una nueva ruta de exportaciones e importaciones, más rápida, segura y económica”, dijo el ministro costarricense de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador.
El flete de un camión desde El Salvador a Costa Rica vale entre 1,400 y 1,800 dólares, mientras que la tarifa del barco va de 1,145 dólares a 1,360 dólares. Sin embargo, el mayor beneficio del trasbordador es la rapidez, lo que puede estimular un aumento de las ventas, pero también evitar robos en rutas y pagos de sobornos en puestos fronterizos en una región donde hay algunos países con altas tasas de criminalidad y corrupción.
En las rutas centroamericanas hay gran circulación de camiones debido a que un tercio de las exportaciones va a otras naciones del istmo, según la CEPAL. Además, una porción de la carga que es desembarcada en puertos del Canal de Panamá es llevada después en camiones a otras naciones centroamericanas.
En América Central no hay servicio internacional de ferrocarriles. En la región los viajes por carretera son lentos debido a la precaria calidad de las rutas y a la burocracia en las aduanas, a diferencia de naciones del Cono Sur sudamericano, donde hay amplias autopistas y aduanas binacionales integradas.
“La nueva ruta aportará al comercio regional, (…) la reducción del desgaste y mantenimiento de las unidades de carga, la prevención de robos y sobornos para un ambiente más seguro”, dijo la empresa propietaria del buque, Blue Wave Corporation, en un comunicado.
NO TODO ES BUENO: NUEVO BUQUE PODRÍA CAUSAR DAÑO ECONÓMICO A HONDURAS
Sin embargo, hay críticos de la nueva ruta marítima. El ferri amenaza con causar un “daño económico” a Honduras, por la menor circulación de camiones, que pagan impuestos al ingresar al país, según el portavoz del empresarial Consejo Nacional del Transporte, Jorge Lanza.
En Nicaragua también se estima que el transbordador provocará una baja en ingresos por trámites fronterizos, tanto para el gobierno como para agencias aduaneras privadas. New Wave Corporation es una compañía panameña que tiene también capitales alemanes y hondureños, y operaciones en España, Italia y Turquía, según la propia firma.
En los años 1970 operó un ferri entre El Salvador y Costa Rica, pero dejó de funcionar unos años después. Este servicio fue establecido después de que Honduras cerrara la frontera con El Salvador tras la denominada “Guerra de las 100 Horas” o “Guerra del Fútbol” entre ambos países, en 1969.
El trasbordador dejó de prestar servicios luego de que ambos países firmaran un tratado de paz en 1980, lo que condujo a la reapertura de la frontera. Otro ferri de mercancías y pasajeros entre Nicaragua y El Salvador también dejó de operar en 1980 por controversias políticas entre ambas naciones tras la revolución sandinista de 1979. N