Gracias a la inteligencia artificial (IA) se pueden desarrollar programas capaces de emular procesos propios de la mente humana. Este sistema puede detectar noticas falsas y desinformación, luchar contra ciberataques, analizar grandes cantidades de datos sobre salud. En resumen, pretende transformar todos los aspectos de la vida y economía. En la ciencia, recientemente un grupo de bioingenieros utilizó la IA para resucitar moléculas de entre los muertos y así crear antibióticos.
De acuerdo con un artículo retomado por la revista académica Nature, para realizar esta “desextinción molecular” los investigadores aplicaron métodos computacionales a datos sobre proteínas de humanos modernos (Homo sapiens) y de parientes extintos hace miles de años: neandertales y los denisovanos, quienes vivieron en Siberia y el este de Asia.
Este estudio permitió identificar moléculas que pueden matar bacterias que causan enfermedades, con ello, los científicos podrían inspirarse a crear nuevos medicamentos para tratar infecciones.
“Nos motiva la idea de recuperar moléculas del pasado para abordar los problemas que tenemos hoy”, afirma César de la Fuente, coautor del estudio y bioingeniero de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia.
Publicado originalmente el 28 de julio en Cell House & Microbe, la investigación detalla que el desarrollo de antibióticos se ha ralentizado en las últimas décadas y la mayoría de fármacos prescritos hoy en día han estado en el mercado durante más de 30 años. Sin embargo, las bacterias resistentes a los antibióticos incrementan y, por esta razón, se necesitará una nueva ola de tratamientos.
CREAR ANTIBIÓTICOS CON IA LLEVA SEMANAS Y NO AÑOS
Según la revista, cuantiosos organismos producen subunidades proteicas cortas llamadas péptidos, que tienen propiedades antimicrobianas. Un puñado de estos péptidos antimicrobianos, la mayoría de los cuales fueron aislados de bacterias, ya están en uso clínico. Ante ese panorama, las proteínas de especies extintas podrían ser un recurso sin explotar para el desarrollo de medicamentos.
“Empezamos a pensar realmente en Jurassic Park. En lugar de devolver la vida a los dinosaurios, como hicieron los científicos en la película de 1993, al equipo se le ocurrió una idea más factible: ¿Por qué no traer de vuelta las moléculas?”, apunta de la Fuente.
A tenor del bioingeniero, encontrar y probar candidatos a fármacos utilizando inteligencia artificial lleva unas semanas. Empero, usar métodos antiguos para descubrir un solo antibiótico nuevo requiere de tres a seis años.
En esa vía, los científicos probaron docenas de péptidos para analizar si podían matar bacterias en placas de laboratorio. Posteriormente seleccionaron seis péptidos potentes: cuatro de Homo sapiens, uno de neandertales y otro más de denisovanos, los cuales se los administraron a ratones infectados con la bacteria “Acinetobacter baumannii”.
Los resultados arrojaron que los péptidos detuvieron el crecimiento de esa bacteria —causante de una multitud de infecciones incluyendo neumonía, meningitis, entre otras — en el músculo del muslo, pero ninguno la mató. Cinco de las moléculas mataron las bacterias que crecían en los abscesos de la piel, pero recibieron un fuerte golpe. Las dosis utilizadas fueron “extremadamente altas”, dice Nathanael Gray, biólogo químico de la Universidad de Stanford en California.
“Aunque el algoritmo que usamos no produjo moléculas sorprendentes, creo que el concepto y el marco representan una vía completamente nueva para pensar sobre el descubrimiento de fármacos”, resalta de la Fuente. N