Cientos de miles de personas perderán sus planes de seguros cuando un montón de cooperativas de seguros médicos creadas por la Ley de Atención Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) dejen de operar.
Solo la semana pasada, cooperativas en Oregón, Colorado, Tennessee y Kentucky anunciaron que terminarían sus operaciones debido a una suscripción menor a la esperada y preocupaciones de solvencia (aunque la de Colorado está demandando al estado por la orden de cierre). Estas se unen a otras cuatro cooperativas las cuales han anunciado que cerrarían sus puertas.
En total, solo permanecen 15 de las 23 cooperativas creadas por la ley.
Estas clausuras revelan cuán mal aconsejado fue este aspecto de la ACA tanto en términos de dinero perdido como de la confusión para la gente que se suscribió a ellas.
Las ocho que han fracasado han recibido casi $1,000 millones de dólares en préstamos, y las cooperativas en general recibieron préstamos por un total de $2,400 millones de dólares que podrían nunca pagarse. Además, alrededor de 400 000 personas perderán sus planes.
Los proponentes de las cooperativas creían que serían capaces de ofrecer primas menores que las aseguradoras con fines de lucro porque no tenían el mismo motivo de las ganancias, pero incluso las aseguradoras sin fines de lucro no pueden operar indefinidamente con pérdidas financieras.
Cuando fueron creadas, estas cooperativas no tenían clientes, ni experiencia en establecer primas, ni redes y tenían capital limitado. El gobierno trató de subsidiar el período temprano de incertidumbre mediante erogar préstamos para ayudar con los problemas de puesta en marcha y solvencia, y el dinero de otras provisiones como los corredores de riesgo disminuirían las pérdidas en los años iniciales.
Los pagos menores a lo esperado de parte de los corredores de riesgo han exacerbado los problemas que enfrentan algunas de estas cooperativas, las cuales contaban con pagos considerables para mantenerse a flote. Pero esto difícilmente es el único factor que contribuye a sus forcejeos, y algunos son productos de otras políticas gubernamentales como retrasar las sanciones obligatorias a los empleadores y darles a los estados la opción de permitir políticas de transición durante todo 2017.
Algunos de estos acontecimientos posteriores no pudieron haberse anticipado, pero muchos analistas, incluidos eruditos de Cato, eran escépticos con respecto a las probabilidades de las cooperativas desde el principio. Incluso algunos partidarios de la ACA reconocieron algunas de las fallas inherentes en el diseño de las cooperativas: Paul Krugman se burló de ellas llamándolas “una farsa”, y en una entrevista de 2009, el profesor Timothy Jost dijo que no podía ver cómo una cooperativa “hace algo para controlar los costos”.
Ha habido múltiples señales de advertencia de que muchas cooperativas tenían problemas. Previamente este año, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid enviaron cartas a 11 cooperativas colocándolas en “supervisión acentuada” debido a preocupaciones financieras, y un informe de 2014 de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Sociales halló que “la mayoría de las 23 cooperativas que revisamos no había cumplido con sus proyecciones iniciales del programa de suscripción y rentabilidad”, y que el gobierno “no había establecido guías o criterios para evaluar si una cooperativa era viable o sustentable”.
Estas cooperativas no fueron una buena idea desde el comienzo y siempre iban a enfrentar muchos obstáculos para tener éxito. Los múltiples cambios a la ley desde que se establecieron han exacerbado estos problemas, y las cooperativas que ya batallaban se han rendido. La competencia es de hecho vital en los mercados de seguros médicos, pero las cooperativas fueron una manera mala de tratar de fomentar esta competencia”.
Con estas clausuras, miles de millones de dólares de los contribuyentes podrían perderse y cientos de miles de personas descubrirán que la promesa de “si le gusta su plan, puede conservarlo” no se aplica a ellos.