Chihuahua, Chih.- Por
50 años Salomón Hernández ha sido matachín y aunque afirma que
sus pisadas ya no son las mismas que cuando tenía 17 años, cuando
comenzó, seguirá bailando para mostrar su devoción y entrega hasta
que Dios se lo permita.
Perteneciente
a la Danza Chichimeca de Santo Niño, fundada en 1914, Salomón aún
carga con varios de los aditamentos a la usanza antigua, como la
sonaja o guaje, que fabricó él mismo, el arco, las nagüillas
hechas con carrizos y lentejuelas, y el penacho y guaraches.
Durante
todo el año, el veterano matachín honra con sus bailes a varios
Santos, la Virgen de Guadalupe, así como a Cristo; sin embargo,
todas las danzas se encaminan a Dios, principalmente.
Para
él, que ha durado tantos años en esta actividad, es algo que lo
llena de vida y es la expresión de su rostro alegre lleno de fe y
añoranza es la que responde a la pregunta ¿qué significa para
usted ser matachín? “Lo es todo”, contesta tajantemente. Y es
algo que llena el aire de los lugares donde Salomón realiza su danza
y es también lo que le llena de fortaleza.
“Es
una experiencia inenarrable, es algo que lo siente uno, al entrar
aquí y escuchar el sonido de la danza, la devoción”, afirmó.
Salomón
se desempeñó en sus mejores años como monarca y capitán guiando a
la cuadrilla a la que ahora pertenece, ahora ya por su edad le
resulta difícil sostener el paso. Sin embargo, con 67 años, Salomón
afirmó que seguirá “hasta que el cuerpo aguante y hasta que Dios
se lo permita”.