Durante los pasados cinco meses, miles de manifestantes llenaron
la plaza central de la ciudad de Guatemala exigiendo la renuncia de su entonces
presidente Otto Pérez.
El miércoles sus demandas fueron escuchadas y el expresidente de
Guatemala fue detenido.
A dos días de las elecciones generales en el país
centroamericano, Otto Pérez intentó refutar las evidencias presentadas por la
Fiscalía de Guatemala, pues éstas lo vinculan con un esquema de corrupción en
el que habría encabezado una red de
defraudación fiscal en su gobierno.
El fondo de la trampa es sencillo: policías de aduana corruptos
creaban documentos falsos para dar a importadores corruptos un exagerado
descuento en el precio de importación de sus productos.
Para defenderse de los cargos Pérez citaba su historia de
militar durante la guerra civil de Guatemala (1960-1996) y como jefe de
inteligencia castrense.
También indicó que en junio de 1993, cuando era jefe de
inteligencia militar, dirigió una operación que permitió capturar al
narcotraficante mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán.
Durante la audiencia destacó que en ese momento el “Chapo” y su
gente le ofrecieron una recompensa a cambio de su libertad, la cual rechazó.
Aseguró que esa cifra era muy superior al dinero que según la Fiscalía recibió
del esquema de corrupción.
El jueves, el juez Miguel Ángel Gálvez dictó orden de prisión
provisional contra Pérez por riesgo de fuga y para resguardar su integridad
física, horas después de que renunciara a la presidencia ante la acusación de
la Fiscalía.
El esquema de cobro de sobornos para evadir impuestos aduaneros
fue destapado en abril pasado por la Fiscalía y la comisión de la ONU contra la
impunidad en Guatemala (CICIG), y provocó airadas manifestaciones en demanda de
la renuncia de Pérez y su vicepresidenta Roxana Baldetti, quien dejó el cargo
en mayo pasado.
La Fiscalía dice que la red de corrupción recibió sobornos
equivalentes a 3.8 millones de dólares, de los cuales 800,000 habrían correspondido
a Pérez.
“Yo, señor juez, no voy a poner mi sacrificio y dignidad en
juego ni por 800,000 dólares ni por ninguna cantidad. El dinero que pude haber
recibido en el momento de la captura (de Guzmán) era 10 veces o más que eso, y
no lo acepté”, remarcó ante el juez Gálvez.
El caso contra Pérez, quien pasó la noche del jueves detenido en
el cuartel militar de Matamoros, creó un clima de ebullición en la recta final
de las elecciones del próximo domingo. En estas elecciones se escogerá al nuevo
presidente y vicepresidente, 158 diputados y 20 representantes al Parlamento
Centroamericano.
Los guatemaltecos reclaman un cambio del sistema político.