“Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”
Hace 24 años llegué a este país con la ilusión maravillosa de formarme como maestro en arquitectura. Al llegar a México, un país al que admiré desde niño conectándome por medio de los libros de arquitectura prehispánica, comencé a conocer más de fondo su cultura, su gente y su idiosincrasia. Años después de entenderlo, y al cumplir la mitad de mi vida en este maravilloso país, puedo señalar con claridad que me he convertido en un mexicano; uno que se ha enamorado completamente de un país maravilloso, de su historia, del complejo presente; pero hoy también soy un ciudadano decidido a construir un futuro mejor, uno más parecido al que nos merecemos.
Quise iniciar con la frase célebre del Benemérito de las Américas, pues además de que me hice viral hablando de él en un video sobre educación (cerca de 170 millones de reproducciones), y aunque algunos lo ataquen y muchos lo defiendan, debo señalar que esta gran frase es la base que deberíamos usar para reconstruir a México, soñando con llevarlo al lugar que merece.
El respeto a todos y a todo debiera movernos cada día, y seguramente nos ubicaría en un remanso deseado de paz, convivencia y desarrollo para todos.
Durante los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, en México tuvimos casi 300 mil muertos por actos de violencia, y en lo que va del gobierno de AMLO ya rebasamos los 100 mil muertos, en una guerra que no entendemos y a la que no encontramos como hacerle frente.
Calderón atacó a “los actores” de la guerra, Peña Nieto “los ignoró”, y AMLO culpó a los presidentes anteriores, pero la realidad es que nuestro México se desangra ante una violencia creciente que amedrenta al país entero.
El problema pareciera imposible de solucionar, pues ante los problemas que todos conocemos de corrupción, impunidad, violencia, pobreza y desigualdad, y mala educación, las acciones de los gobiernos no establecen un plan decidido que nos lleve a una esperanza de cambio que nos encamine a otra realidad.
Con toda la humildad, y desde la ignorancia de un ciudadano común en temas de gobierno, quisiera señalar acciones que podrían sentar nuevas bases para el mediano y largo plazo:
- ¿Ante la corrupción? Mano dura y ninguna tolerancia para quien ofrece y para quien recibe dinero en un acto de corrupción. Es muy necesaria una nueva ley donde a los actores se le sancione ejemplarmente.
- ¿Ante la impunidad? Señalamiento y repudio social. NO podemos ser una sociedad sin memoria. Olvidar los daños nos condena a repetirlos en cada elección y en cada gobierno (de cualquier nivel).
- ¿Ante la Violencia? Es URGENTE lograr una disminución de la drástica desigualdad entre ricos y pobres; y por supuesto, leyes a la altura de los crímenes que hoy se cometen en el país.
- ¿Ante la pobreza? Educación, educación y más educación. Certificación de oficios, enseñanza y apoyo al emprendimiento, becas de desarrollo académico, y programas de incentivos empresariales para la generación de empleo.
- ¿Ante la mala educación? El primer paso es cambiar radicalmente el sistema que tenemos centrado en la memoria, llevándolo a uno centrado en la inventiva; si algo somos los mexicanos, es creativos, pero NO innovadores, allí tenemos que apostar, a la inversión en ciencia y tecnología como motor de una nueva economía.
Ideas, simples ideas; ojalá que nuestras autoridades (de todos los niveles) dejen de sacar disculpas y se pongan a trabajar en estructurar un verdadero plan a largo plazo que cimente las bases del México que en que todos soñamos vivir.