La productora de música Sofia Kourtesis estrena el tema “Estación Esperanza”, el cual cuenta con la participación de Manu Chao. Se trata de una protesta a favor de los derechos de la comunidad LGTBQ+.
El año pasado, la artista peruana radicada en Berlín, Alemania, compartió su último EP, Fresia Magdalena. Recibió una reseña de 5/5 en NME y apareció en las listas de fin de año de The New York Times, NPR, Rolling Stone y Pitchfork.
Con solo un puñado de EP lanzados, Sofia Kourtesis ya ha sido nombrada One to Watch por The Observer e incluida en listas de artistas emergentes de DJ Mag y Mixmag. Además, apareció en la lista NME 100 del año pasado.
Oriunda de Lima, la música de Kourtesis es un jugueteo íntimo donde los sonidos se mezclan y producen un efecto placentero, pero también profundo. Sus producciones se tejen con retazos de sonidos de calle y referencias a películas, canciones o literarias.
La música electrónica de Kourtesis no solo se produce para bailar, sino que genera experiencias donde la vulnerabilidad aflora como una posibilidad de conexión.
Sobre ello, Kourtesis cuenta a Newsweek México: “En 2005, el mainstream agarró la música electrónica como la música para drogarse, para simplemente vivir la vida y olvidar la semana. Y yo creo que, como artista y músico, tienes la responsabilidad de mandar un mensaje. Para mí siempre ha sido muy importante no solo dejar que las máquinas hablen por mí, sino enseñar también mi lado vulnerable, cantar y decir las cosas a las que tengo miedo”.
En los años 90, recuerda la artista, “la música electrónica fue un estilo de unión entre la Alemania occidental y la Alemania oriental”. Entonces, “cuando cayó el muro, las personas se encontraban en un club y se reunían a través de la música”.
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Sofía Kourtesis recuerda cómo el techno unió a las juventudes europeas que bailaron sobre el muro de Berlín a su caída. La música electrónica entonces funcionó como un dispositivo de rebeldía y desobediencia frente a un mundo adulto que separó un país. Los jóvenes celebraban el término de la Guerra Fría juntándose para bailar.
Frente a este posicionamiento, para Kourtesis la música debe mantener su espacio de mensaje, denuncia, emoción. Y también la posibilidad de ejercer en quien la escucha la capacidad de permitirse ser vulnerable.
“Intento dar un pequeño mensaje político a través de cada canción”, indica la artista. “Al final, eso es algo que nuestra generación le debe a las generaciones pasadas.
“Si tú me preguntas qué me motiva —continúa—, yo te respondo que lo que me motiva es poder dar un mensaje a las personas, estar atenta a esos otros espacios que están alrededor y utilizar la plataforma para informar sobre ciertas situaciones que a mí me parecen muy tristes”.
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Kourtesis recuerda sus años de adolescencia, cuando la expulsaron de una escuela católica en Perú por besarse con una chica. Por ello, crecer en Alemania le permitió explorar su bisexualidad con libertad. Su tema “Estación Esperanza” comienza con los sonidos de una protesta contra la homofobia en Lima, Perú, que se van diluyendo en los ritmos con la voz de Manu Chao. Así, la artista busca hablar sobre la continuación de actos violentos y de discriminación a la comunidad LGTBQ+.
Relata la música: “Tengo la esperanza de que haya un montón de colegas que se unan a esta causa de tratar de que la voz se escuche por las calles y por todas partes a través de la música”.
Ser una mujer peruana y bisexual en el mundo de la música, dice Kourtesis, “no es fácil”. La artista rememora cómo un músico, quien fue su pareja sentimental, le dijo: “La música electrónica solamente es para chicos, pues ellos saben de ingeniería o saben cómo usar las computadoras”.
Sin embargo, la productora peruana aquí está, en la batalla, con una gira en puerta por el Reino Unido y la Unión Europea. N