LA ADMINISTRACIÓN de Biden se planteó como objetivo que la mitad de los autos vendidos en Estados Unidos hacia 2030 sean vehículos de cero emisiones de gases contaminantes.
El presidente Joe Biden planteó esta medida para competir con China y otros países que han invertido en vehículos eléctricos al mismo tiempo que busca transformar al sector de transporte de Estados Unidos que es la mayor fuente de emisiones contaminantes.
“Es eléctrico y no hay retorno”, dijo desde la Casa Blanca. “La cuestión es si vamos a liderar o quedar rezagados”, lanzó.
El anuncio generó modestos elogios de ambientalistas quienes piden medidas adicionales debido al empeoramiento de la situación climática.
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La expectativa es que haya un aumento significativo del uso de autos eléctricos, que fueron apenas el 2 por ciento de los vehículos vendidos en 2020, sea acompañada de una expansión de las estaciones de carga y de convencer a los estadounidenses de que compren esos coches.
En una declaración conjunta, los “Tres Grandes” fabricantes estadounidenses —General Motors, Ford y Stellantis— expresaron que el cambio “solo se puede lograr” con incentivos para que los consumidores los compren, aunado a invertir en nueva infraestructura de producción.
Aunque Biden propuso un plan de infraestructura que incluiría muchos de esos programas, no todos se han incluido en el proyecto de ley bipartidista que se prepara en el Senado y que se considera que tiene las mejores posibilidades de ser aprobado en el Congreso.
Fred Krupp, presidente del Fondo de Defensa Ambiental, elogió el anuncio por posicionar a Estados Unidos para competir en el emergente mercado de la economía del transporte.
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“Países de todo el mundo corren para eliminar la polución de sus autos y camiones”, dijo Krupp. Estados Unidos “puede ganar esa carrera y nuestro premio serán buenos empleos, ahorros en la gasolinera para las familias, aire más limpio y un clima más seguro”.
Empero Simon Mui, del Consejo de Defensa de Recursos Naturales, dijo que se necesita aplicar inmediatamente acciones más agresivas “debido a cómo el cambio climático ha hecho más agresivo al clima”.
A pesar de que Estados Unidos es la cuna de Tesla, el principal fabricante de coches eléctricos del mundo, el sector automotriz estadounidense ha tardado más en dejar los autos alimentados con combustibles fósiles que los productores chinos y europeos.
Según la Agencia Internacional de Energía, en 2020, los vehículos eléctricos representaron solo el 2 por ciento de las ventas de coches nuevos en Estados Unidos frente al 10 por ciento en Europa. N