¿ROMPER con la herencia diplomática de Ángela Merkel o seguir sus pasos? Los dos favoritos a suceder a la canciller alemana, la ecologista Annalena Baerbock y el conservador Armin Laschet, tienen profundas divergencias en ese ámbito, empezando por las relaciones con Rusia y China.
A cinco meses de las elecciones que pondrán fin a la era Merkel, los dos candidatos, europeístas convencidos, están muy igualados en los sondeos y lo más probable es que o Baerbock, de 40 años, o Laschet, de 60, tomen las riendas de Alemania el próximo otoño.
Tienen al menos un punto en común: a ojos de la opinión pública, ninguno de ellos tiene experiencia internacional, aunque ambos hayan ejercido en el Parlamento europeo.
Armin Laschet, que presentó el miércoles sus propuestas en materia diplomática, fue eurodiputado en Estrasburgo a principios de los años 2000, mientras que su rival fue la asistente de una eurodiputada ecologista de 2005 a 2008.
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Pero ¿bastará esto para negociar, en nombre de la primera potencia económica europea, con Vladimir Putin o Xi Jinping?
AMENAZAS
Las relaciones con Moscú y Pekín constituyen una de las principales diferencias entre ambas candidaturas.
Los contactos entre Putin y Angela Merkel, que sabe hablar ruso, han estado agitados en numerosas ocasiones, por la anexión de Crimea, los ciberataques atribuidos a Moscú o el envenenamiento del opositor Alexéi Navalni.
Pero, tras 16 años codeándose en el poder, los dos dirigentes continúan defendiendo el polémico proyecto del gasoducto Nord Stream 2 entre ambos países.
Un gasoducto que no gusta nada a Baerbock pues, según ella, vacía de contenido a las sanciones ordenadas contra Rusia, además de representar una amenaza para el medio ambiente.
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Más globalmente, la candidata aspira a proponer un “enfoque diferente de los regímenes autoritarios”, una “cuestión clave” para el futuro de Alemania, su “seguridad” y sus “valores”, según declaró la ecologista en una entrevista con el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung el 24 de abril.
“Baerbock defiende una posición claramente crítica respecto a los autócratas, ya sea en el Kremlin o en Pekín”, explicó a la AFP el director del global Public Policy Institute, Thorsten Benner.
En cambio, Laschet, considerado desde hace tiempo como un firme defensor del acercamiento con Moscú, apoya el proyecto del Nord Strem 2.
En 2018, llegó a cuestionar la implicación de agentes rusos en el intento de envenenamiento de Serguei Skripal en el Reino Unido. Y durante la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2015, criticó el supuesto “populismo anti-Putin” de los países occidentales. Desde entonces, sus declaraciones respecto a Moscú sobre los casos de Skripal y Navalni han sido más firmes.
China es otro punto de desencuentro entre ambos favoritos.
También en esto Laschet es partidario de seguir la vía trazada por Angela Merkel, que desde 2020 está en primera línea para negociar un acuerdo de inversiones entre Pekín y la Unión Europea, deseosa de que su país pueda aprovecharse de las oportunidades que pueda ofrecer el gigante asiático.
Sin embargo, el candidato conservador ha dicho que cada vez hay “más competencia entre sistemas”, aludiendo a Pekín, recordó Benner.
UN OBJETIVO “ABSURDO”
De su lado, Baerbock afirma ser consciente de que China es “una potencia económica emergente tan importante que no podemos desligarnos de ella completamente”. Pero, aún así, Europa debe hacer gala de “diálogo y firmeza”.
En el acuerdo UE-China, suspendido a principios de mayo, “la parte europea no abordó suficientemente la cuestión del trabajo forzado en relación con la minoría uigur oprimida”, cuya producción debería ser vetada en la Unión Europea, denunció Baerbock el 24 de abril.
Además, la candidata de los Verdes también advirtió del supuesto riesgo que representarían empresas chinas como Huawei, susceptibles de transferir datos europeos a China.
Así, Baerbock comparte el punto de vista firme respecto a Pekín y Moscú del presidente estadounidense, Joe Biden.
En cambio, considera “absurdo”, en especial en un contexto de crisis económica, que los países de la OTAN deban dedicar un 2% de su PIB a defensa para 2024, un objetivo defendido por Washington. Además, se opone a la política de disuasión nuclear.
Laschet, por el contrario, es partidario del “objetivo del 25, de comprar drones armados y de que [Alemania] exporte armas, al contrario que Baerbock”, comentó Benner.
Con todo, más de 20 años después de que los ecologistas alemanes aprobaran la intervención de las fuerzas armadas en Kosovo, la candidata ecologista está dispuesta a aumentar el presupuesto de armamento y modernizar los equipos. N