La Suprema Corte de Estados Unidos dejó en evidencia su división este martes al examinar alegatos sobre el derecho constitucional de los gays a casarse, en un proceso que podría conducir al reconocimiento a nivel nacional de los casamientos entre personas del mismo sexo.
Centenas de activistas a favor y en contra del derecho al casamiento para los gays se manifestaban este martes frente a la sede de la Suprema Corte, donde los nueve jueces se preparaban para abrir uno de los casos más polémicos en el país.
Al inicio de la sesión, la corte mostró su ya conocida división, en la que cuatro jueces apoyan el llamado del presidente Barack Obama por lo que la jueza Ruth Ginsburg denominó un “cambio en la institución del matrimonio”.
Sin embargo, el titular de la Corte, el juez conservador John Roberts, parecía más preocupado con el posible cambio del consolidado concepto de la institución del matrimonio.
“Estamos discutiendo aquí modificar qué es esa institución”, alertó Roberts a los abogados de los querellantes. “Si ustedes triunfan, ya no habrá más debate. Cerrar este caso es cerrar el debate”, apuntó. Por su parte, el jueves Anthony Kennedy puntualizó que será difícil cambiar la noción tradicional de que el matrimonio es la unión de un hombre con una mujer.
Pero añadió que “el matrimonio de personas del mismo sexo no podría tener un propósito más noble”, refiriendo que algunas personas no pueden procrear “pero existe una dignidad que debe ser respetada”.
A su turno, el juez conservador Antonin Scalia puntualizó que no tenía informaciones de que ningún país haya legalizado uniones gays antes que Holanda lo hiciera en 2001.
En apoyo de la pareja de gays que presentó la demanda, el Abogado General de Estados Unidos, Donald Verrilli, defendió la posición del gobierno de Obama.
“En un mundo en que gays y lesbianas viven abiertamente en nuestras comunidades, es simplemente insostenible que esas personas deban tener derechos negados o que deban esperar”, expresó.
Los jueces deberán dar su veredicto en un período de aproximadamente dos meses.
Divide al país
Miles de personas se manifestaron durante toda la jornada frente a la sede de la Corte Suprema, en favor o en contra de la noción del matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Sexo Homosexual es un pecado” y “Pervertidos son una abominación para Dios”, se leían en algunas de las pancartas exhibidas por grupos religiosos.
En tanto, activistas gays desplegaron una enorme bandera con los colores del arco iris mientras gritaban: “Casamiento es nuestro derecho constitucional”.
Un activista mostraba un cartel donde estampó “Cásate conmigo, Scalia”, en referencia al juez ultraconservador Antonin Scalia. Otro llevaba una pancarta donde expresaba: “Si no puedo casarme con mi novio, me casaré con tu hija”.
Numerosas personas esperan inclusive desde el pasado sábado en la fila para conseguir uno de los escasos lugares en la sala para presenciar el inicio de la histórica discusión.
Diversos analistas apuntan que el reconocimiento de los casamientos entre personas del mismo sexo -que ya son legales en 37 de los 50 Estados del país, además de Washington- parece inevitable.
La corte escuchará los argumentos de querellantes de cuatro Estados -Ohio, Michigan, Tennessee y Kentucky- donde el casamiento entre personas del mismo sexo aún es prohibido.
Los 16 querellantes, que tienen el apoyo explícito del presidente Barack Obama, buscan el reconocimiento de su derecho constitucional de poder casarse, pero esos cuatro estados definen el casamiento como la unión de un hombre y una mujer.
La decisión de la Suprema Corte sobre estos cuatro Estados en realidad serán de hecho una decisión también para los otros 13 Estados que vetan el casamiento entre personas del mismo sexo.
En este caso, el centro de la discusión es la interpretación que la Suprema Corte hará de la 14ª Enmienda de la Constitución, que proporciona protección igualitaria ante la ley.
Los jueces deberán decidir si esa enmienda significa que los Estados deben permitir el casamiento de gays, y si deben reconocer casamiento de personas del mismo sexo como en el resto del país.
(Con información de AFP)