El incalculable -y aterrador- historial detrás del terremoto que devastó Nepal este sábado por la mañana se explica con
algo que suena bastante benigno: el flujo y la filtración de aguas pluviales
en los grandes deltas de los ríos de la India y Bangladesh, y la presión que estas ejercen sobre las placas tectónicas que componen la superficie del planeta.
Esto es visto por un creciente número de científicos como una prueba más de
que el cambio climático puede afectar a la estructura subyacente de la Tierra .
Debido a este entendimiento, una serie de
” eventos extremos geológicos ” que amenazan la vida – terremotos,
volcanes y tsunamis – están relacionados. Así lo entiende un grupo de geólogos y geofísicos
eminentes de la University College London´s, liderados por Bill McGuire,
profesor emérito de Geofísica y Calentamiento Climático.
“El cambio climático puede desempeñar
un papel fundamental en el desencadenamiento de determinadas fallas en ciertos
lugares donde podrían matar a miles de personas”, dice el
profesor McGuire. Algunos de sus colegas sospechan que el proceso ya pudo haber comenzado.
La declaración suena como un argumento para un
apocalipsis-fest hollywoodense – de hecho, la película “2012” contó cómo la corteza del planeta colapso después de un calentamiento rápido del núcleo de la Tierra.
El mecanismo aquí es bastante menos dramático, aunque potencialmente no menos
devastador.
Existe evidencia que desde el final de la última Edad
de Hielo se crearon potentes fallas sísmicas -grietas en la corteza como la que corre a lo largo de la cordillera del
Himalaya – y que son muy sensibles a los pequeños cambios de presión ocasionados por
el cambio en el clima. Ante esto, un volcán sensible a una falla sísmica es muy
peligroso.
La desaparición del hielo, la elevación del
nivel del mar y las inundaciones ya previstos para el siglo 21 son inevitables a medida que se calienta la tierra y los patrones climáticos cambian – y van a
cambiar el peso en el planeta. El profesor McGuire llama a este proceso
“despertar al gigante” – algo que se puede hacer con sólo unos
gigatoneladas de agua en el lugar correcto -o incorrecto-.
“Estas tensiones y sus variaciones -un apretón de manos, en términos geológicos- son perfectamente capaces de desencadenar un terremoto”, dijo a Newsweek.
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