Familiares, amigos y anónimos asistieron este lunes al
funeral de Freddie Gray, el joven negro de 25 años muerto hace una semana en
circunstancias aún por determinar tras ser detenido por la policía en
Baltimore, para rendirle homenaje.
Freddie Gray reposaba en un ataúd blanco abierto rodeado
de coronas de flores blancas en la Iglesia bautista Nueva Shiloh, que recibió a
unos 3,000 familiares, amigos y anónimos, todos negros.
El difunto vestía camisa blanca y junto a él colocaron
una gorra de Los Angeles Dodgers, su equipo de béisbol favorito.
El joven murió el 19 de abril debido a una fractura de
las vértebras cervicales, una semana después de su detención en Baltimore,
ciudad en la costa este de Estados Unidos que cuenta con barrios
conflictivos.
Un cantante acompañado con órgano y tambores,
interpretaba canciones religiosas con énfasis en el blues, en tato la multitud
desfilaba frente al ataúd para dar su adiós.
Una pantalla en el interior del recinto proyectaba el
mensaje: “la vida de los negros cuenta y todas las vidas
cuentan.”
Kenny Nicholson, un hombre de unos 40 años, vino con su
esposa y conocía a Freddie: “Vine a presentar mis respetos”, dijo visiblemente emocionado.
Una anciana que pidió el anonimato declaró que “no
iba a venir al principio”, pero finalmente decidió asistir. “(…) He
visto a este chico crecer”, afirmó, para luego resaltar que “El Señor
traerá la verdad.”
Broderick Johnson, jefe de la célula recientemente creada
por el presidente Barack Obama para apoyar a los negros jóvenes (My Brother’s
Keeper Task Force) representó al gobierno en el funeral.
Epidemia de asesinatos
Poco antes del inicio de la ceremonia, el activista Kesse
Jackson denunció una “epidemia de asesinatos en el país.”
“Nos hemos convertido en demasiado violentos,
demasiado llenos de odio”, dijo en una conferencia de prensa, denunciando
la pobreza de ciudades como Baltimore como “un arma de destrucción
masiva”.
Desde el anuncio de la muerte de Freddie Gray, las
manifestaciones se llevaron a cabo casi a diario en Baltimore.
Pero la protesta que tuvo lugar en la noche del sábado al
domingo acabó en incidentes: 34 personas fueron detenidas y seis policías
levemente heridos.
Imágenes filmadas por las cadenas de televisión locales
desde helicópteros mostraron una multitud lanzando conos de seguridad, botellas
de refrescos y botes de basura contra policías, antes de romper escaparates de
tiendas y saquearlos.
Más de un millar de personas exigieron que se esclarezcan
las circunstancias de la muerte del joven y que cese la violencia continua de
los cuerpos policiales contra la población negra.
Las autoridades han iniciado varias investigaciones para
determinar las circunstancias en que se produjeron las heridas de Freddie Gray,
entre las cuales una investigación federal por parte del Departamento de
Justicia.
La policía de Baltimore aceptó el viernes que el joven
tendría que haber recibido asistencia médica enseguida de su arresto.
Cuando falleció, su columna vertebral estaba seccionada a
la altura de las cervicales, según abogados de la familia.
Videos de la detención de Gray, grabados por transeúntes,
muestran cómo la policía puso de forma violenta contra el piso al joven, que
gritaba de dolor, antes de subirlo a un furgón policial y llevárselo.
Los responsables policiales también reconocieron que el
cinturón de seguridad del joven no estaba abrochado dentro del furgón, que hizo
tres paradas inexplicadas durante su camino hacia el puesto de policía.
A la espera de que la Policía entregue los resultados de
su investigación el 1 de mayo, seis policías fueron suspendidos por estos
hechos.
La de Freddie Gray es la última de una serie de muertes
de afro-estadounidenses desarmados, en su mayoría a manos de policías blancos
que han provocado una ola de protestas en el país bajo acusaciones de racismo y
reavivando el debate sobre el uso excesivo de la fuerza policial.