Más de 7,000 campesinos mexicanos volvieron a marchar este viernes en el valle de San Quintín, en la región de Baja California (noroeste), para exigir mejoras salariales que los saquen de la “miseria” en la que viven.
La multitudinaria protesta, que bloqueó durante unas horas la principal carretera de la zona, tuvo lugar esta mañana poco antes de que sus representantes se reunieran a puerta cerrada con altos funcionarios federales, para intentar resolver un conflicto laboral que se prolonga desde hace más de un mes y ha incluido manifestaciones violentas.
“Ya basta de explotación” o “No más sueldos de hambre” eran algunos de los carteles escritos a mano por los humildes jornaleros -llamados así por trabajar por días-, quienes el 17 de marzo protagonizaron un inédito y tenso paro en el que hubo enfrentamientos con la policía y casi 300 manifestantes detenidos.
Los campesinos, principalmente indígenas de los empobrecidos estados de Oaxaca y Guerrero (sur), ondeaban también banderas mexicanas e imágenes del líder revolucionario Emiliano Zapata y algunas mujeres cambiaron los pantalones de mezclilla y sus distintivos pañuelos para proteger su rostro del polvo por coloridos trajes tradicionales
(Con información de AFP).