Las recientes peticiones de las oenegés para “una pausa humanitaria” no obtuvieron respuesta mientras que los civiles en Yemen, un país con unos 24 millones de habitantes, pagan un alto precio por el conflicto.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los recientes enfrentamientos han dejado 767 muertos y 2.906 heridos. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) lamentó, por su parte, la falta de medicamentos, alimentos y carburante en Yemen.
Entre 120,000 y 150,000 personas fueron desplazadas al interior de Yemen por este conflicto, que se suman a los más de 300,000 desplazados que había antes de la crisis actual, afirmó un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur), Adrian Edwards.
El Consejo de Seguridad “se ha alineado al lado del verdugo, contra la víctima”, escribió el consejo político de la rebelión en un comunicado hecho público el viernes por la noche.
Absorberán costo humanitario.
Arabia Saudí se comprometió el sábado a hacerse cargo del coste de las operaciones humanitarias urgentes de la ONU en Yemen, donde la coalición árabe que dirige está llevando a cabo bombardeos aéreos contra la rebelión chiita.
Al menos 52 personas, en su mayoría rebeldes, murieron en el sur del país en combates entre las fuerzas leales al gobierno y los rebeldes chiitas hutíes, así como por los ataques aéreos de la coalición liderada por los saudíes, informaron fuentes médicas.
Esas víctimas, que se suman a las 76 del viernes, llevan a 128 el número de fallecidos en los dos últimos días en Yemen, según un cómputo elaborado con fuentes médicas, militares y tribales.
Los enfrentamientos se concentran en el sur, donde los hutíes, junto a los militares leales al expresidente Alí Abdalá Saleh, intentan tomar el control de todo el país después de haberse apoderado de la capital, Saná, y de extensas regiones.