La transformación digital será fundamental para reactivar la industria, ya que ofrece beneficios reales en la cadena de suministro.
Tras la pandemia por el COVID-19, la industria logística a escala mundial enfrenta nuevos desafíos y la tecnología jugará un papel clave en la recuperación de las empresas que luchan por afrontar los impactos a corto plazo y continuar operando en el marco de la llamada “nueva normalidad”.
Durante los meses más complejos de esta crisis sanitaria fue posible observar la nula o limitada planeación de algunas industrias, así como su falta de infraestructura y su inseguridad para atender el crecimiento acelerado del comercio electrónico; una tendencia que continuará al alza en el corto plazo y que requiere inmediatez, eficiencia, innovación y mejores prácticas para atender los nuevos hábitos de consumo.
En este sentido, tecnologías como el big data, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, las aplicaciones móviles, los cobots y la cadena de bloques apuestan por generar competitividad para las empresas que aun en situaciones críticas puedan ser capaces de satisfacer las necesidades de un mercado más exigente y conectado.
Sin duda, la transformación digital será fundamental para reactivar nuestra industria logística, ya que ofrece beneficios reales en la cadena de suministro, además de que brinda soluciones robustas, reduce costos, se adapta o anticipa a las demandas de los clientes, mejora la planeación de rutas de entrega, logra una distribución más ágil y perfecciona la gestión de inventarios, entre otros beneficios.
En el marco esta nueva normalidad, seremos testigos de cómo la ficción se vuelve realidad con la automatización de almacenes por medio de cobots, resultado de la interacción entre las personas y robots colaborativos que suelen ser livianos, compactos y seguros para trabajar cerca de ellos y contribuir a que la producción no se detenga. Es importante mencionar que la automatización no eliminará los empleos humanos, pero la tecnología puede ayudar a conservar las fuentes de trabajo e incluso crear nuevos puestos para el monitoreo de soluciones robóticas.
Mientras, para enfrentar el reto de la última milla los robots han ganado un fuerte impulso, facilitando entregas sin contacto en espacios urbanos, en hospitales y zonas industriales. Actualmente, ya se trabaja en una apariencia cada vez más amigable y adecuada para interactuar con humanos a través de un diseño de cobots o más amigable.
Dentro de este contexto, el continente asiático se pone a la vanguardia y el touchless retail comienza a tomar fuerza, ya que virtualiza los puntos de contacto humanos. La búsqueda, evaluación, selección y pago de productos se realiza por medio de un smartphone y la intervención humana en la preparación o entrega de pedidos se reduce al mínimo con la robótica y la automatización.
EL MOTOR DE LA COMPETITIVIDAD
En este mismo escenario, la tecnología blockchain también busca protagonismo y promete mejorar la eficiencia y seguridad del intercambio de bienes en el sector de la logística y el transporte, proponiendo un modelo en el que la presencia humana no es imprescindible para optimizar las cadenas de suministro y ofrecer una logística de distribución de productos más eficiente.
Durante el aislamiento, las aplicaciones móviles se convirtieron en una herramienta estratégica al facilitar la interconexión entre los equipos de trabajo; por su parte, el almacenamiento en la nube dejó de ser un concepto de moda para convertirse en un instrumento de valor para la inteligencia logística.
Cabe destacar que el cambio en las dinámicas de compra de los consumidores ya se advertía, los procesos tradicionales de consumo se estaban quedando atrás y la pandemia solo aceleró el ritmo, obligando a las compañías a innovar y transformarse para sobrevivir.
El entorno que deja el COVID-19 también pone de manifiesto la importancia de integrar inteligencia artificial en las cadenas de suministro, principalmente las de sectores estratégicos como electrónico, automotriz, farmacéutico, metalúrgico e industrial, que requieren reaccionar de forma inmediata con el fin de combatir el miedo o la incertidumbre en torno a la escasez y medir el impacto que tendrá en las operaciones logísticas.
Mientras, el internet de las cosas (IoT) revolucionará radicalmente todos los sectores, incluyendo el logístico, donde sus principales aportaciones se reflejarán en la precisión de las cadenas de suministro fomentando la filosofía “just in time”.
Muchas cosas no volverán a ser como antes, y se vislumbran grandes desafíos, pero el principal reto es lograr que las empresas se mantengan en condiciones de adaptarse y acomodarse a las nuevas dinámicas, y aquellas que no lo logren pondrán en riesgo su continuidad.
La implementación de la tecnología será el motor de la competitividad, y aunque pueda existir miedo al cambio, cada vez son más las empresas con disposición a la adopción de herramientas tecnológicas que les permitan mejorar sus conocimientos para fabricar, almacenar y transportar sus productos, además de conocer el estado de estos en tiempo real.
La pandemia nos ha dejado la lección de que el futuro de la industria logística será apostar por la innovación y la tecnología para garantizar la continuidad de sus operaciones y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado, previendo una logística eficaz anticontingencias que les permita mantenerse a flote a pesar de las circunstancias. Hoy el reto es reinventarse a gran velocidad e innovar para seguir compitiendo en el mercado.
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Rubén Imán es director general de Onest Logistics.