A consecuencia de la emergencia sanitaria, Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud del estado se preparó junto con los once municipios del estado para adecuar los servicios que ofrece, principalmente en lo que respecta la atención y contención de crisis psicológicas que pudieran derivar de esta pandemia, además de seguir dando atención a aquellas problemáticas comunes, como lo son la depresión, la ansiedad, el comportamiento de riesgo suicida, así como el consumo de sustancias embriagantes y drogas sintéticas.
Así lo aseguró Francisco Javier Pedroza Cabrera, titular de esta área, quien explicó que en lo que va del 2020, la Línea Vive y el chatbot de la página de Facebook del ISSEA ha recibido 11 mil 334 llamadas para atención psicológica, de las cuales, el 35 por ciento se han identificado con un posible comportamiento de riesgo suicida, mientras que sólo 400 han tenido una relación directa con la emergencia sanitaria, con aspectos relacionados al estrés y ansiedad ocasionados por miedo al contagio o por algún ser querido que fue diagnosticado como positivo a SARS-CoV-2.
El experto destacó además que en lo que va del presente año, las unidades de Salud Mental han brindado atención psicológica de primera vez a 3 mil 284 personas, mientras que se han dado de manera consecutiva 21 mil 279 consultas, identificando como principales problemas la depresión, ansiedad, comportamiento suicida, violencia intrafamiliar, así como consumo de alcohol y metanfetaminas.
En este sentido, Pedroza Cabrera hizo un llamado además a la población a poner atención en aquellos seres queridos o familiares que presenten comportamientos de insomnio, cansancio, irritabilidad, aislamiento, disminución de apetito, falta de concentración, dolor de cabeza, sensación de culpa, pues son considerados indicadores que ameritan una atención psicológica inmediata por parte de Salud Mental del ISSEA.
Pedroza Cabrera concluyó invitando a las y los aguascalentenses a que en este nuevo proceso de reactivación social y económica escalonada en el país, adquieran y promuevan nuevos comportamientos de autocuidado, es decir, que las personas piensen y actúen como si estuvieran en un riesgo inminente de contagio al Coronavirus, pues estas conductas orillan a la reflexión y corresponsabilidad colectiva sobre las consecuencias físicas y psicológicas de esta enfermedad.