Con bombo y platillo arrancó el 13 de junio el programa de descacharrización en la ciudad de Mérida. El gobernador, Mauricio Vila y el alcalde Renán Barrera, en medio de la pandemia dieron el banderazo a decenas de unidades que recogerían cacharros viejos que pudiesen servir de lugar crianza de moscos.
Ese día, las unidades de recolección de cacharros recorrerían Mérida y sus 47 comisarías, además del municipio de Kanasín con más de 200 camiones de volteo. Los restantes se atenderían con casi 50 vehículos más en tres días más. Hoy la capacidad de ambas dependencias fue rebasada y las esquinas de Mérida están convertidas en basureros.
Los meridanos han sacado más basura y trebejos viejos, que solo posibles criaderos de moscos y se acumularon en montes de basura todo tipo de desechos en las esquinas de las calles. La campaña gubernamental contemplaba recoger en una semana todos los cacharros, pero en casi 15 días no lo han hecho, convirtiendo a la ciudad en un basurero.
Fotografías por Luis Valle.