En Estados Unidos desde hace ochos días el tema de la pandemia pasó a segundo plano cuando cientos de personas en diferentes ciudades del país salieron a las calles a protestar contra el abuso policial que provocó la muerte del ciudadano George Floyd.
Medidas como el distanciamiento social o el uso de cubrebocas no fueron cumplidas al cien por ciento, por lo que expertos temen que el país sufra un rebrote luego de las manifestaciones.
Hasta el momento Estados Unidos tiene 1,841,629 casos y 106,696 muertes, cifras que lo colocan como el país más afectado por la pandemia, de acuerdo con la Universidad de Hopkins.
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y el experto de la Casa Blanca, dijo en un entrevista con el Journal of the American Medical Association, que las imágenes donde se observa a gente muy congregadas en las calles, playas y piscinas son una preocupación para él, aunque no se refirió específicamente a las protestas.
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Por su parte, Jerome Adams, cirujano general de Estados Unidos, dijo a Político que por las formas en las que se contagia la enfermedad es posible que haya un nuevo brote de casos de coronavirus, después de las protestas.
Sin embargo, Adams también dijo entender la ira, “espero que podamos encontrar formas que realmente puedan ayudar a las personas a canalizar su ira hacia pasos significativos hacia adelante”, dijo.
Ebony Hilton, una doctora negra del hospital de la Universidad de Virginia, dijo a la AFP que el país enfrenta actualmente dos peligrosas pandemias: la de la COVID-19 y la de la violencia policial.
Hilton dijo que ella y sus colegas espera que los casos de coronavirus tengan un nuevo pico en el país debido a que en las protestas “no hay distanciamiento social y desafortunadamente la mayoría de la gente usa sus mascarillas de forma incorrecta”.
Además señaló que los gases lacrimógenos utilizados regularmente por la policía para dispersar a los manifestantes “aumentan el riesgo”, por la tos y las náuseas que producen.