No importa cómo te llames, qué hagas o en qué creas. No debe haber peor tragedia que perder a un hijo, perder a un padre o perder una casa. Y eso es algo que a Angélica Rivera, primera dama de México, le costó aprender a base de ser “desplumada”.
En medio de una rispidez costera digna de bandera roja, la Gaviota anunció la noche del martes 18 de noviembre que pondrá a la venta sus derechos de compra sobre su mansión ubicada en Paseo de las Palmas 1325, en la colonia Lomas de Chapultepec, esto luego de que el sitio Aristegui Noticias destapara que la esposa del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, era propietaria de la residencia con un valor comercial de 86 millones de pesos y una superficie de 1414 metros cuadrados (estacionamiento subterráneo, elevador que conecta con todos los niveles, siete habitaciones con acabados en mármol, área de spa y sistema especial de luces incluido).
“No tengo nada que esconder”, expuso Rivera a través de un video colgado en su web oficial y disponible para los 4697 suscriptores de su canal de YouTube, donde advierte que obtuvo un pago de 131 millones de pesos (88.6 millones de pesos tras el fustigamiento de Hacienda) y un bono “en especie” por parte de la cadena Televisa, en 2010, como reconocimiento por sus dotes histriónicas.
“Estoy aquí para defender mi integridad, la de mis hijos y la de mi esposo, junto a esta explicación que les he dado estoy haciendo pública documentación privada sin tener ninguna obligación, porque no puedo permitir que este tema ponga en duda mi honorabilidad y que se pretenda dañar a mi familia”, insistió la primera dama en el video donde advierte contar con una solvencia económica lo suficientemente firme como para embolsarse 356 000 pesos diarios cuando, a modo de contraste, el salario mínimo en tierra azteca se posiciona en 67 pesos con 29 centavos y la mayoría de los connacionales apenas puede acceder a una vivienda de interés popular de 39 metros cuadrados.
Polvorín de los escépticos, la vivienda presidencial fue levantada por Grupo Higa, un emporio de la construcción que recibió contratos de infraestructura cuando Peña Nieto fue gobernador del Estado de México, entre los que se incluyen proyectos como la autopista Toluca-Naucalpan, el distribuidor vial Naucalpan-Metepec, el Hospital Regional de Especialidades de Zumpango, las obras en el aeropuerto de Toluca, etcétera.
Es resaltable que la contratista favorita del exmandatario mexiquense ha sido condecorada por pagos de obras que alcanzan los 430 millones de pesos (incluidas actualmente las obras para construir un nuevo hangar presidencial), sin mencionar que formaba parte del consorcio ganador para construir el primer tren de alta velocidad en México… al menos hasta el 6 de noviembre, cuando Enrique Peña Nieto “echó para atrás” el dictamen y ordenó reponer el proceso de licitación.
Sinceridad presidencial
A fin de no perder el hábito que esperemos se vuelva ya toda una costumbre, el primer mandatario decidió poner las cartas sobre la mesa y disipar las sombras sobre el patrimonio familiar a golpe de transparencia pues “como presidente de la república valoro más la confianza de los mexicanos que el derecho a la confidencialidad”.
Así fue como el priista puso en evidencia toda la documentación relacionada con ingresos y bienes inmuebles, ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), revelando ganancias totales por 3 370 796 pesos, los cuales incluyen cuatro casas, cuatro terrenos y un departamento (con valor de 21 mdp), obras de arte y joyería (6 mdp) e inversiones bancarias (16 mdp).
En el documento, con fecha de 14 de mayo de 2014, el primer mandatario ratificó su sueldo de 2 909 455 pesos por sus servicios al frente de la Presidencia de la República, reportando las mismas propiedades que dio a conocer en el arranque de su gobierno y ninguna modificación a sus ingresos desde que entró en Los Pinos, lo que constituye un intento por atajar el aluvión de críticas recibidas por la compra de una escandalosa propiedad por parte de su señora esposa.
Y es que de la Gaviota se sabe mucho, artísticamente hablando, pero de su ser ciudadano, ni pío.
Tal y como se estipula en el Registro Público de Propiedad (RPP) del Distrito Federal, Angélica Rivera Hurtado no contaba con un solo bien registrado bajo su nombre hasta el año de 2013, cuando decidió “ampliar” su residencia en la delegación Miguel Hidalgo y convertirla en la “Casa Blanca” del Distrito Federal.
Luego de que la Gaviota se divorciara del productor de televisión José Alberto Castro, el Güero, en 2008 tras cuatro años de matrimonio, la mansión le fue cedida por motivos desconocidos; sin embargo, tampoco fue registrada bajo su nombre por lo menos durante los tres años posteriores a la entrega, ni siquiera cuando en mayo de 2013, la revista ¡Hola! nos abrió las puertas a la intimidad de la primera dama y su lecho inmaculado.
En ese sentido, es de mencionar que fue dos meses antes que Angélica Rivera tomara posesión del consejo consultivo del Sistema Nacional del Desarrollo Integral para la Familia (DIF) en una cruzada para “defender los derechos de los niños para que puedan estudiar, jugar, descansar y tener una familia que los ame y los proteja”… ¡Sin goce de sueldo!
Efectivamente, ya que Laura Vargas Carrillo (esposa del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong) funge como la directora general del DIF y tanto Angélica Rivera de Peña como el presidente de la república contrajeron nupcias bajo el régimen de separación de bienes, la Gaviota no es funcionaria pública, no obstante, recursos del erario son utilizados para “cubrir una serie de gastos relativos a la investidura presidencial los cuales incluyen alimentación, transporte, comunicación y vestuario, entre otros gastos que se originen con motivo de las funciones oficiales en eventos nacionales y en el exterior de la esposa del jefe del Ejecutivo”.
Por otra parte, aunque la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos establece que cualquier funcionario tiene la obligación de incluir en su declaración anual de bienes el patrimonio del cónyuge y dependientes económicos ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), “el servidor público también puede decidir qué partes se publican”.
Así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el pasado 22 de agosto por mayoría; de manera que el político de su predilección solo podrá sincerarse “en los casos en que los funcionarios emitan una autorización previa y específica para ello. De lo contrario, las declaraciones patrimoniales deberán mantenerse en reserva, como lo señala el artículo 40, tercer párrafo, de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos”, explicó el ministro Franco González luego de que se produjera la resolución al dictamen.
El despegue de una artista
La Gaviota, en autonomía total, queda libre de su jaula de oro y completamente al margen de la oficina de la Presidencia. Punto… y aparte, porque si bien la actriz, cantante y conductora hace alarde de 25 años de carrera en televisión, le tomaría casi una década, sin gastar un céntimo, hacerse de su “nidito”.
Al respecto, el comediante hollywoodense Rob Schneider ironizó en Twitter sobre la polémica al escribir: “¡Bueno, eso es todo! Me voy a México para obtener trabajo en una telenovela, escuché que pagan 10 millones”, seguido de los hashtags #México y #YaMeCansé que le han provisto de 72 000 reenvíos y 138 000 marcas como favorito hasta el cierre de esta edición.
Y es que aunque el protagonista de películas como Gigoló por accidente o Animal lidere el ranking cibernético titulado People with Money con ganancias superiores a los 82 millones de dólares (poco más de 1000 millones de pesos), se destaca que el originario de San Francisco “cuenta con posesiones de restaurantes, dinero en inversiones, una marca de vodka, un equipo de fútbol, línea de ropa y de perfumes”. Esto dejaría por los cielos a Angélica Rivera, quien habría logrado históricos dividendos a partir de las artes dramáticas.
Con los 131 millones de pesos declarados al SAT en 2010 por los ingresos que obtuvo por su contrato de exclusividad con Televisa, Angélica Rivera se habría ubicado entre las actrices mejor pagadas de Estados Unidos, colocándose casi a la par de los 13 millones de dólares que obtuvo Eva Longoria ese año (casi 150 millones de pesos, de acuerdo con el tipo de cambio).
Vaya, ni Sofía Vergara (quien ha sido nombrada tres veces consecutivas como la estrella de la televisión mejor pagada del mundo por la revista Forbes gracias a los 325 000 dólares que recibe por capítulo de la serie Modern Family) logra separarse mucho de Rivera, dado que la colombiana apenas logró amasar una fortuna de 19 millones de dólares en 2012 (es decir, el equivalente a unos 250 millones de pesos en aquel entonces).
Con solo 15 telenovelas (dos de ellas en 2010), un par de discos y una película titulada ¡Aquí espantan! (Joaquín Bissner, 1993), las finanzas de la Gaviota alzan el vuelo hasta hacerle competencia a otras celebridades en el listado de Forbesde ediciones anteriores, tal es el caso de Heidi Klum, quien consiguió enriquecerse con 20 mdd en 2011 (el equivalente a unos 240 mdp) o la ya citada Eva Longoria (primer lugar de Forbes en 2010).
Es una verdad que Grupo Televisa puede pagarle lo que quiera a sus actores, pero que el hashtag #AngélicaRivera alcanzara el séptimo puesto mundial en la lista de trending topics de Twitter y encabezara el ranking azteca (solo seguido de otros temas relacionados como #YaMeCansé, #CasaBlancadeEPN, #Gaviota, #PrimeraDama, #LasLomas y #Televisa) constituye un hartazgo hacia la cadena de medios, que pese a entregar sueldos millonarios, nos confiere con un programa de recaudación que, año con año, buscar “superar la meta” a base de lagrimones: el Teletón.
Sin alas para discapacitados
Considerado “más que suficiente” para satisfacer las necesidades de la población discapacitada y un pretexto para condonarle a Televisa 343 millones 254 000 pesos de sus responsabilidades ante la Secretaría Hacienda y Crédito Público (SHCP), Teletón México es un evento que hizo sus pinitos en 1997 con Lucerito en la conducción, y el cual busca, a través de una transmisión de televisión y radio por más de 24 horas, recaudar fondos para ayudar a la creación de Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) para niños con diferentes discapacidades, no obstante, ha terminado por acaparar toda la atención sobre la silla de ruedas.
Y es que con Enrique Peña Nieto como titular del Ejecutivo y el Teletón en su auge, los recursos para el Programa Nacional de Atención a Personas con Discapacidad (Pronadis) fueron rebajados en un 85.5 por ciento, pues de los 263 millones de pesos que se autorizaron en 2013 para “prevenir los procesos de discapacidad que puedan afectar a la población, ofrecer atención en los centros de rehabilitación del país y promover la integración social de ese grupo” bajo la gestión del presidente Felipe Calderón Hinojosa, ahora se tienen contemplados solo 39 mdp.
En ese sentido, el recorte deja muy mal parado al 5.1 por ciento de la población rumbo a 2015, ya que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) tiene registro de 5 729 000 personas que sufren de debilidad visual (34 por ciento del total de discapacitados), debilidad para caminar (17 por ciento), problemas auditivos (9 por ciento) o inconvenientes relacionados con la memoria (7 por ciento).
Conforme al Diario Oficial de la Federación, el Pronadis contempla “estrategias para incrementar la inclusión productiva de las personas con discapacidad mediante esquemas de capacitación laboral y de vinculación al sector productivo” a través del DIF, organismo que reparte la partida presupuestal entre los sistemas estatales, municipales y organizaciones de la sociedad civil que apoyan los objetivos del programa, no obstante, solo cinco entidades del país ejercieron el monto presupuestado en el rubro durante 2014.
Quintana Roo (con 2.2 por ciento de sus habitantes en situación de discapacidad), Nuevo León (4.1 por ciento) Colima (4.2 por ciento), Tamaulipas (4.2 por ciento) y Puebla (5 por ciento) integran el “cuadro de honor” al desembolsar los fondos por completo, mientras que territorios como Yucatán (10 por ciento), Oaxaca (10.7 por ciento) y Tabasco (13.5 por ciento), no han registrado avance de obras o atención especializada para personas con discapacidad pese a contar con el mayor número de lugareños en esa condición.
Por otra parte, cifras del Segundo Informe de Gobierno de Peña Nieto establecen que “no se conoce a cuántas personas beneficia el Pronadis” y, por lo tanto, no sabe si se está atendiendo a la población con discapacidad, sin mencionar que los únicos registros que existen al respecto datan de 2004 y posicionan a 249 891 personas como beneficiarias del Pronadis. Cuatro años más tarde, los beneficiarios fueron 254 264 y para 2013 solo se sabe que el Programa atiende a 150 634 personas con discapacidad, 40 por ciento menos que hace 10 años.
Es resaltable que en 2012, el entonces precandidato priista a la Presidencia de la República se comprometió ante notario público a “crear una comisión para evaluar que los apoyos asignados realmente lleguen a las personas con discapacidad”. Asimismo, también iniciaría un “programa para adecuar las instalaciones de escuelas públicas para personas con discapacidad, capacitar a maestros para lograr una integración efectiva, crear un fondo para que gobiernos locales adopten el transporte público” y, por supuesto, “la entrega de laptops con internet adaptadas para alumnos con discapacidad de escuelas públicas que cursen quinto y sexto de primaria”.
En fin, mientras Angélica Rivera dice haber ganado 131 millones de pesos en 2010, Enrique Peña Nieto vive en una mansión de 86 millones de pesos con un goce de sueldo de casi tres millones de pesos (próximos a convertirse en 4 294 656 para el año que viene) y el Teletón recaudaba 473 794 379 pesos en 2013, ninguno de los compromisos antes descritos “se ha puesto en pie”.