Lo más bonito de componer canciones es que la vida se transforma en un viaje constante que terminará en música; es una emoción permanente por observarte, “es un camino místico”, dice El David Aguilar, un hombre que trae a Culiacán en las venas.
—¿Cómo es ser músico en México?, ¿es difícil ganar escuchas y espacios?
—Ciudad de México parece ser la capital de la música en español actualmente, eso te habla de las oportunidades que de algún modo están surgiendo aquí.
En cuanto a ganar escuchas y espacios eso es más complicado, porque una cosa es ser músico y otra, la lucha por la popularidad. La lucha por la popularidad es muy desgastante, es muy difícil, depende de muchas cosas que a veces no están en tus manos, dígase de contactos que tienes por tus circunstancias naturales —de dónde provienes, a qué clase perteneces, me atrevo a decir que hasta tus circunstancias raciales están involucradas.
—¿Qué es lo más bonito de componer?
—Descubrir la posibilidad de la canción; diría que lo más bonito es el camino largo de componer durante años porque se va gestando una personalidad de compositor que te alegra mucho la vida porque puedes vivir algo, experimentar algún acontecimiento, y sabes que eso va a terminar en una canción.
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—¿La música debe comunicar algo siempre o puede ser sólo un canal de esparcimiento?
—Yo siento que por fortuna hay todo un sector al que sí le importa el contenido de las canciones, dígase indie, folk, canción de autor, la trova misma. Hay ciertas zonas de la música que valoran el contenido de las letras de las canciones, el fondo, la propuesta, lo que se está diciendo… yo soy partidario de eso, a mí me gustan las canciones que comunican ideas.
—¿Qué de Culiacán llevas siempre contigo y en tu música?
—Yo de Culiacán traigo principalmente la música porque hago mucha música norteña. Siento un amor muy hermoso sobre el regreso al mar, al río, al calor, a la noche estrellada, hablo mucho de eso en mis canciones, entonces supongo que tengo inspiración y música.
—¿Cuál fue el primer instrumento que aprendiste a tocar?
—La guitarra, yo solo, nadie me enseñó, cuando menos pensé ya estaba poniendo acordes, tocando canciones de los Beatles y así. Después estudié, pero yo empecé a tocar solo.
—¿Estás listo para Vacación? ¿Cómo es trabajar ahora en equipo con Caloncho?
—Todo bien con Vacación, recién publicamos el disco que se llama Tiempo compartido y estamos ahora por iniciar una gira por algunas partes de Latinoamérica, algunas partes de México, vamos a ir a España probablemente, y a ver qué más surge en el camino.
“Somos armónicos, somos compatibles en la composición y en el trabajo en general nos entendemos muy bien, creo que la Vacación va para largo”.