Rousseff ha dicho que no existe posibilidad de ataques en la Copa del Mundo, pero se la ha pasado “tocando madera”.

La seguridad se ha convertido en la obsesión del Mundial de Brasil 2014. Al grado de que cada una de las 31 delegaciones participantes en la Copa del Mundo podrá llevar hasta siete agentes de seguridad para su custodia con la condición de que deberán coordinarse con la Policía brasileña; y se les permitirá utilizar sus uniformes originales, pero la condición es que dentro de los estadios deberán estar desarmados.

Aunque son 32 los países participantes, 50 han confirmado la presencia de sus agentes secretos para colaborar con las fuerzas especiales brasileñas. China e Israel son de los más interesados, a pesar de que sus equipos no participarán en el Mundial de Fútbol, mientras que Estados Unidos y el Reino Unido prefirieron diseñar sus propios centros de inteligencia.

No es para menos, a unos días de que dé inicio la Copa del Mundo, Brasil se enfrenta a una serie de protestas, manifestaciones y amenazas por la realización de un evento deportivo que causó gastos excesivos en un país que carece de servicios de salud y educación para toda la población.

Brasil planeó un dispositivo de seguridad inédito en la historia del mundial, 170 000 agentes y 57 000 elementos de las Fuerzas Armadas patrullarán las 12 ciudades anfitrionas; el costo de todo el operativo ha alcanzado la cifra de 870 millones de dólares, que han sido gastados con el visto bueno de la presidenta, Dilma Rousseff, quien ha dicho que no existe posibilidad de ataques que puedan perturbar la fiesta del fútbol, pero testigos aseguran que se la ha pasado “tocando madera”.

Las amenazas llegaron, los hackers de Anonymous aseguran que darán un golpe certero contra los patrocinadores del mundial, son su blanco de ataque y su objetivo es bajarles los servidores, dicen, ya han hecho pruebas durante las madrugadas.

Mientras, la ONG “Río de Paz” infló, frente al Congreso de Brasil, 12 pelotas gigantes que simbolizan las ciudades sede de la Copa del Mundo como protesta por los millonarios gastos públicos realizados y exigen al gobierno pedir perdón a la nación porque se invirtió una fortuna en algo que no es esencial.

Las autoridades brasileñas aseguran que se han preparado con todo y para todo, tienen un plan de defensa para proteger a los más de 600 000 turistas que esperan recibir en las sedes del torneo de la FIFA, aseguran que una buena parte del dinero gastado ha sido para comprar cámaras de seguridad de alta definición, equipos de inteligencia y armas de baja intensidad.

Como parte del control, se ha instalado un centro estratégico que opera en Brasilia desde donde se coordinarán todos los centros operativos instalados en las otras 11 ciudades participantes del evento. Las agencias Interpol y Ameripol también apoyarán con 245 policías de 35 países.

El FBI entrenó durante cinco días a 50 policías de Sao Paulo en técnicas para el control de disturbios, impartió un curso a 25 agentes de la Policía Militarizada y a 25 de la Policía Civil, los especializó en el uso de la fuerza táctica móvil, el control de los disturbios y el uso de inteligencia para identificar posibles actos de vandalismo.

Y aunque las autoridades brasileñas aseguran que el riesgo de un ataque terrorista es mínimo, por las dudas, 270 policías y soldados realizaron un simulacro en las estaciones cercanas al estadio Maracaná que incluyó acciones contra armas químicas y radiológicas.

Otros puntos vigilados son hoteles, aeropuertos, campos de entrenamiento y las rutas de desplazamiento que harán las selecciones de fútbol.

Brasil asegura estar preparado para recibir aficionados violentos y mantiene un intercambio de datos con policías de todo el mundo, dará seguimiento especial a los sospechosos y, en caso necesario, negará el acceso al país a los aficionados violentos.

El mundial inicia el 12 de junio, mientras los ojos del mundo estén fijos en el partido entre Brasil y Croacia, miles de agentes iniciarán una obsesiva misión… evitar el terrorismo.  

Pablo Reinahes periodista mexicano, premio nacional de periodismo 2001. Actualmente colabora en el canal de televisión por internet UNO TV como reportero y conductor. @PabloReinah