Rusia y la Unión Europea compiten por la mano de Ucrania y solo puede haber un ganador.
Hasta el jueves pasado, Rusia se perfilaba como el favorito de la competencia amorosa que, desde hace semanas, ha sostenido con la Unión Europea.
Y es que la antigua república soviética de Ucrania parece cada vez más dispuesta a renunciar a un acuerdo que le habría facilitado el comercio, así como intercambios sociales y culturales con Occidente, solo para complacer al presidente Vladimir Putin, quien añora revivir un gran alianza euroasiática controlada por Moscú al estilo de la Guerra Fría.
En el ojo de la tormenta se encuentra el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, líder con tendencias autoritarias que, al parecer, prefiere los beneficios de una buena relación con Europa a vivir bajo el pulgar de Putin.
Sin embargo, esta semana dejó entrever que su temor de la rivalidad política nacional es más fuerte y por ello, quiere acabar con dos formidables oponentes –una popular exprimera ministra a la que ha encarcelado y un aún más popular excampeón boxeador de peso pesado- antes que puedan competir en su contra en las próximas elecciones presidenciales.
La sede donde habrá de despejarse la incógnita es la reunión de la Unión Europea en Vilnius, Lituania, programada para el próximo jueves; de modo que, tan pronto como lleguen los líderes europeos, Kiev tendrá que haber decidido si se sumará a otras cinco exrepúblicas soviéticas para firmar un acuerdo de asociación que le conduzca a la adhesión de la UE o bien, unirse al proyecto de Putin, conocido como Unión Euroasiática.
“Espero que sigamos a Europa”, dijo un diplomático ucraniano, hablando a condición del anonimato pues no estaba autorizado para expresar opiniones públicamente. No obstante, agregó, las luchas políticas al interior del país podrían amenazar el pacto europeo y mucho dependerá de las conjeturas del presidente.
El jueves, el gobierno ucraniano emitió un comunicado anunciando que suspendería todos los preparativos para la firma del acuerdo y en respuesta, la jefa de política exterior de la UE, Catherine Ashton, declaró que la Unión “tomaba nota de la decisión”, añadiendo que estaba “muy decepcionada”. Mas como un signo de que la decisión no era definitiva, la prensa citó a Yanukovich diciendo que “seguiría trabajando en la integración con la UE”.
El dilema de Yanukovich es que si pretende firmar el pacto de asociación con la UE, tendrá que excarcelar inmediatamente a la exprimera ministra prooccidental Yulia Tymoshenko o al menos, enviarla a recibir tratamiento médico fuera del país. La UE presentó ese requisito en el marco de una serie de condiciones que Kiev debe cumplir antes de firmar el acuerdo que, a la larga, podría conducir a su plena incorporación.
Tymoshenko, lideresa occidentalista que, en 2004, hizo que el país volviera la espalda a Moscú con la Revolución Naranja, es solo una de los candidatos que podrían competir con Yanukovich en las elecciones presidenciales de 2015.
El otro es el excampeón de peso pesado y actual miembro del Parlamento, Vitali Klitschko, quien goza de fama internacional y junto con su hermano, Wladimir, es uno de los iconos más queridos de Ucrania. El mes pasado, luego de anunciar su intención de postularse para la presidencia, Vitali Klitschko saltó a la cima de las encuestas, por delante de Tymoshenko y Yanukovich.
Con todo, por ahora ninguno de los rivales está en condiciones de competir pues, en 2011, un tribunal controlado por Yanukovich sentenció a Tymoshenko a siete años de prisión, en tanto que Klitschko posee una casa en Alemania, país donde paga sus impuestos y debido a una disposición constitucional, eso le impide lanzarse como candidato.
“Yanukovich prefiere competir contra sí mismo”, comentó David Kramer, presidente de Freedom House quien, en calidad de subsecretario de Estado adjunto, supervisó las relaciones de Estados Unidos con Rusia, Ucrania y otros países del antiguo bloque soviético.
La UE ha establecido una serie de condiciones para que Ucrania firme el acuerdo, incluyendo una profunda reforma de su sistema judicial; y en ese sentido, el punto más álgido es el destino de Tymoshenko. Luego de exigir su excarcelación, la UE ahora se limita a pedir que Kiev la deje abandonar el hospital en Kharkiv (la segunda ciudad más grande de Ucrania, donde está actualmente detenida) y se le permita recibir tratamiento médico en Alemania.
El jueves, el Parlamento ucraniano –dominado por los partidarios de Yanukovich- votó contra seis resoluciones de la oposición para llegar a un compromiso con Europa respecto de la liberación de Tymoshenko. Pese a ello, el presidente del Parlamento, Volodymyr Rybak, dijo a los líderes de todos los frentes que siguieran negociando, dejando la puerta abierta para un compromiso de última hora.
Maja Kocijancic, portavoz de Ashton, me dijo el jueves por la mañana que las negociaciones con Kiev “están en marcha”, indicando que la UE decidirá en el último minuto si Ucrania ha cumplido las condiciones para el acuerdo de asociación.
Pero la incertidumbre y las crecientes dudas sobre las maniobras de Kiev han agriado aún más las relaciones con los inversores extranjeros que tanto necesita el país. En las últimas semanas, al agudizarse la lucha entre facciones rivales, la deuda de Ucrania fue degradada a la categoría de “basura” por las grandes agencias de calificación occidentales.
La firma del “acuerdo más ambicioso que la UE haya ofrecido a un país asociado, habría mejorado el curso de la reforma en Ucrania y enviado una clara señal a inversionistas e instituciones financieras internacionales, en el sentido de que Ucrania toma en serio su promesa de modernización”, declaró Ashton en un comunicado.
Mientras tanto, Putin trabaja con empeño para crear (y controlar) un acuerdo comercial entre Rusia y los países de Europa Oriental y Asia Central que fueran satélites de Moscú antes del colapso de la Unión Soviética; y a tal fin, amenaza con imponer aranceles a la exportación e infligir otros castigos si se unen a la UE. Desde la perspectiva de Putin, Ucrania es
–por el momento- la pieza clave para establecer su ambicionada alianza y devolver a Rusia su antigua gloria soviética.
“Ucrania es crucial para el proyecto de la Unión Euroasiática de Putin”, informó Lilia Shevtsova, experta moscovita de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional y especialista en el Kremlin. Describe el proyecto de Putin como un “mecanismo de supervivencia del Kremlin, el cual requiere de una galaxia de estados satélite alrededor de Rusia”. Pero sin Ucrania, añadió, la alianza no sería más que una “galaxia coja”.
También hay que considerar la interminable lucha del Kremlin contra Occidente. “Putin ve todo en términos de ganar o perder”, dijo Kramer. Si Ucrania firmara el acuerdo de asociación con UE, dijo, propinaría “un brutal revés a la política exterior de Putin”. Sin embargo, Rusia es una “potencia en decadencia y su futuro es más bien sombrío”, afirmó. Moscú no tiene tanta influencia sobre Ucrania como cree el presidente ruso. “Putin está cada vez más fuera de contacto con la realidad”, sentenció.
Pero, Putin ha elevado el perfil internacional de Rusia en los últimos años, sobre todo controlando la diplomacia en torno de la contienda más importante de Medio Oriente, Siria, aunque también se ha establecido como un formidable rival de Occidente en algunas otras crisis mundiales. Y ahora, el mejor jugador de Kiev también parece dispuesto a recompensar los esfuerzos de Moscú para conquistar corazones en su “exterior cercano”.
Estados Unidos ha cedido frente a Putin en muchas batallas, incluida la crucial contienda por el futuro alineamiento de Ucrania, donde –según Kramer- Washington “se ha mostrado distante, dejando que UE tome la iniciativa”.
Esta semana, el Senado aprobó una resolución de Richard Durbin, demócrata por Illinois, instando a Ucrania a liberar a Tymoshenko y proponiendo que UE exija, explícitamente, su excarcelación incondicional. Un poco antes, Victoria Nuland, secretaria de Estado adjunta encargada de asuntos europeos, declaró: “Nos unimos a UE para instar a los líderes de Ucrania a tomar la decisión histórica correcta en nombre de sus 45 millones de ciudadanos”.
La mayoría de los ucranianos parece concordar. “No podemos ser un país democrático si tenemos presos políticos”, dijo Klitschko durante una entrevista con BBC, el mes pasado. Con la promesa de superar los obstáculos para su candidatura presidencial, el excampeón agregó: “Mi objetivo principal es que Ucrania sea un país europeo y moderno, con estándares de vida europeos”.
Es posible que Yanukovich esté de acuerdo, pero por ahora, el precio del boleto de admisión –que podría incluir la pérdida de su poder político- es excesivo para su bolsillo político.
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