Luego del triunfo de la revolución liberal sobre el imperio de Maximiliano, en 1867 el General Vicente Riva Palacio entregó el mando del movimiento armado de Michoacán al presidente Juárez con la intención de retirarse a la vida privada; para entonces habían pasado tres años desde la última vez que el general recibió pago alguno por sus servicios, cuyo monto no reclamó al gobierno de la república restaurada porque “a la patria se le sirve, no se le cobra”[1]
En el México del siglo XXI, el movimiento armado aún continúa. Desde el inicio de la llamada guerra contra el narcotráfico, los índices de violencia han incrementado de tal forma que, año tras año se alcanzan cifras récord.
La imagen de un político patriótico y honesto está extinta. La corrupción se ha convertido en un sinónimo ligado a todos los servidores públicos. Esa imagen se refuerza constantemente, bajo un contexto en el que los hechos relacionados con ese delito son tan frecuentes que parece ser un malestar crónico de toda la sociedad.
La problemática empeora cada vez más. La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) rebeló que, en 2017, el año más violento en la historia reciente de México, el 74% de los mexicanos mayores de edad consideró que el mayor problema de la nación es la inseguridad y la delincuencia.
El segundo problema más importante es la corrupción, ya que 91% del mismo segmento de población percibe que los actos relacionados con esa práctica son frecuentes y muy frecuentes.
Comparado con 2015, cuando ese indicador ascendió a 88%, la percepción sobre la frecuencia de la corrupción incrementó dos puntos porcentuales. De ahí que, solo por debajo de la inseguridad y delincuencia, el 57% de la población considere a la corrupción como principal problema de la nación.
Los problemas de Querétaro
De los 12 problemas para los que la ENCIG recabó información sobre la percepción de su existencia, destaca que, similar a la problemática nacional, en Querétaro la inseguridad, la delincuencia y la corrupción, ocupan los primeros puestos.
Les sigue el mal desempeño del gobierno con 37%; la mala atención en centros de salud y hospitales públicos (28%); pobreza (25%); desempleo (22%) y baja calidad de la educación pública (19%).
Entre 8 y 18% consideran que la falta de coordinación entre diferentes niveles de gobierno, la mala aplicación de la ley y la falta de rendición de cuentas son los mayores problemas del estado.
La proporción de la población mayor de edad que considera como principal problema la inseguridad y delincuencia en 2017 fue de 72%.
Este porcentaje se explica por el incremento en el número de delitos que durante ese año se cometieron, cifra que colocó a nuestro estado dentro de los 10 más violentos del país. Para 2018 la violencia mantiene una tendencia creciente.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el primer bimestre de este año, en el estado se cometieron ocho mil 824 delitos; el noveno lugar a nivel nacional.
Derivado de la metodología que utilizó Inegi para la elaboración de la ENCIG, es posible observar el comportamiento de estas variables para los municipios con más de 100 mil habitantes.
En el estado son los municipios de Corregidora, El Marqués, Querétaro y San Juan del Río. En conjunto, concentran aproximadamente 73% de la población estatal.
Destaca que, en los municipios de Querétaro y San Juan de Río, la percepción sobre la inseguridad y delincuencia como principal problema es de 72 y 80% respectivamente. Ambos se encuentran por arriba del indicador estatal. (7.2 puntos porcentuales por arriba para el caso de San Juan del Río).
La pobreza, en el municipio del Marqués resultó ser el principal problema, ya que la población que así lo percibió en 2017 ascendió a 64%. Esta proporción es 39 puntos porcentuales por arriba del indicador estatal; la corrupción es superior por 12.3 puntos porcentuales respecto del tabulado estatal.
De acuerdo con el Consejo Nacional Para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2015 la población en situación de pobreza era de 30% en El Marqués, similar al 31% de San Juan de Río, sin embargo, en este municipio la pobreza se colocó como el tercer problema más importante, a penas cuatro puntos porcentuales por arriba del indicador estatal de 25%.
En el municipio de Corregidora, el mal desempeño del gobierno es el segundo problema más importante con un porcentaje de percepción de 47%.
Corrupción
La encuesta recabó datos referentes a la percepción de la corrupción para 22 instituciones públicas y sectores.
A nivel nacional, la institución peor evaluada fue la policía, ya que 90% de los mexicanos mayores de 18 años perciben en esta institución actos de corrupción frecuentes y muy frecuentes, mientras que, en el estado de Querétaro, resultaron ser los partidos políticos, con un porcentaje de percepción similar al nacional.
En el ranking de los peor evaluados, a nivel estatal le sigue a los partidos políticos la presidencia de la república y secretarías de estado (85%); la cámara de diputados con 84%; los policías (82%) y la gubernatura del estado con 76%.
En contraste, los mejores resultados corresponden a los compañeros del trabajo, vecinos y los parientes como tíos, primos, sobrinos, etc., ya que el porcentaje de población que percibe corrupción es estos sectores es de 28, 24, y 21% respectivamente.
A nivel municipal, en Corregidora los partidos políticos se encuentran peor evaluados en cuanto a su percepción de corrupción comparado con el indicador estatal.
Destaca que en El Marqués, en las seis instituciones antes mencionadas, se observó una percepción de corrupción de 71% en cada una de ellas.
Las cifras que rebela cada municipio, es un reflejo de los principales problemas que aquejan a cada uno de ellos. Frente al proceso electoral local, representa la hoja de ruta sobre la cual se deberían de basar las propuestas de campaña y posteriormente, las políticas que quienes resulten ganadores el próximo primero de julio, deberán implementar.
[1] Taibo II, Patria Vol. III, Planeta, México 2017.