UNA NUEVA FORMA de volar en avión ha comenzado a funcionar en México. Diseñada especialmente para pasajeros con necesidades muy específicas, así como empresarios y corporativos, Aeroméxico Private Jets es un servicio de transportación que se ha comprometido a ofrecer una prestación especial a quienes requieran rapidez y eficacia en sus viajes de negocios o de placer.
Con solo una llamada, el cliente que contrate este servicio podrá organizar su propio tiempo y horarios para viajar, y Aeroméxico Private Jets configurará el vuelo de acuerdo con sus necesidades, además de que le ofrecerá coordinar todos los procesos que se requieran.
Puesto a funcionar en mayo pasado, este concepto fue creado tras una alianza entre Grupo Aeroméxico y Aerolíneas Ejecutivas (ALE) y se erige como un servicio de transportación aérea ejecutiva que permite combinar la modalidad privada con los beneficios de la aviación comercial.
“La aviación privada hace más eficiente el uso del tiempo y los recursos de las empresas”.
Este nuevo producto, además, combina la experiencia y servicio premium de Aeroméxico con la flexibilidad de horarios de ALE, empresa de aviación privada que operará los vuelos aportando sus más de 50 años de experiencia en el sector y con bases de operaciones en ciudades como Toluca, Monterrey, Guadalajara, Mérida y Cancún.
Aeroméxico Private Jets funciona a través de una tarjeta de prepago denominada Jet Card, con la cual el cliente puede hacer uso de sus horas de vuelo en un jet privado operado por ALE, así como adquirir boletos a los más de 90 destinos de Aeroméxico.
“Este concepto surgió tras el interés de Aeroméxico y ALE, como líderes de segmentos, uno en el ámbito comercial y el otro en el ámbito de la aviación privada, de buscar la intersección en lo que hacíamos”, dice a Newsweek México Adolfo Nieto, director comercial de ALE.
“En ALE tenemos muy bien cubierto el ámbito de la aviación privada, y Aeroméxico, el de la comercial —continúa—. Pero pocas veces es del interés de las corporaciones gigantes, sobre todo las trasnacionales, el contratar servicios privados, a pesar de que en Estados Unidos son muy comunes. Entonces, notamos que los mayores clientes de Aeroméxico por facturación son grandes corporaciones como Volkswagen, Audi, Femsa, Shell que, corporativamente hablando, no voltearían a ver la aviación privada local, pero que sí lo harían a través de una empresa como Aeroméxico. Gran parte de la conjunción de Aeroméxico con ALE se debió a eso”.
En ese sentido, el directivo insiste en que estos vuelos no necesariamente son para satisfacer solo exigencias de lujo, sino necesidades corporativas.
“La idea es captar a las trasnacionales más fuertes y que utilizan más la aviación, como la industria automotriz, la farmacéutica, la petroquímica, y que necesitan, no por lujo ni por elegancia, la solución de la última milla que da la aviación privada y que se complementa con la comercial. Imaginemos: el no llegar a una junta, no tener una refacción, no contar con facilidad de tiempo, puede costar muchos millones de dólares. Son segmentos industriales cuyos costos son altísimos, por eso se justifica el uso de la aviación privada como una herramienta que complementa la comercial”.
—¿Esa fue la carencia primordial que detectaron al lanzar este concepto?
—La justificación son los muchos ámbitos industriales y segmentos de mercado que no se acercaban a la aviación privada, particularmente en México. En Estados Unidos su uso es muy justificado y hay una cultura muy grande de usar la aviación privada. Pero en México no, fuera del ámbito de las empresas donde hay una persona que toma una decisión personal. Insisto, en las grandes empresas no lo hay. Sin embargo, cuando se juntan con los beneficios de la aviación comercial toma mucho sentido.
“Por ejemplo, veamos el caso de la última milla. Aeroméxico puede cubrir una ruta Cancún-México, pero si alguien quisiera ir de Cancún a Chetumal, no existe un vuelo. Pero quien lo necesite porque tiene una reunión con el gobierno de Quintana Roo y requiere rápidamente tomar el vuelo y regresar, en esa parte ALE le brinda el servicio”.
—¿Cuál es la diferencia fundamental entre la aviación comercial y este concepto privado?
—El manejo del tiempo. Desde la definición, Aeroméxico y ALE son taxis aéreos comerciales. La diferencia es que Aeroméxico es un taxi aéreo de servicio regular y ALE es un servicio no regular. Aeroméxico sale en horarios definidos y ALE parte a la hora y destino que el pasajero quiera. Hay rutas en la aviación comercial que tienen una frecuencia tal que se vuelven un puente aéreo, pero hay muchas rutas que no tienen cobertura. Entonces, si una empresa energética va a traer a un ejecutivo o a un grupo de ingenieros que necesitan en un solo día ir de Tampico a Poza Rica, después a Villahermosa y luego a Minatitlán, no hay manera de hacer eso en vuelos comerciales. Entonces, la disponibilidad de tiempo y destinos que adopta el concepto privado es la gran diferencia.
“Es un concepto pensado en las personas para las cuales el tiempo es sumamente valioso y deben visitar tres o cuatro ciudades en un solo día”.
—¿El enemigo a vencer es la falta de cultura por la aviación privada?
—Lo que falta en México es una cultura del uso de la aviación privada. En nuestros tiempos esta tiene una connotación a veces peyorativa, pero en Estados Unidos no, al contrario, tiene una connotación de eficiencia. Sencillamente, si el presidente de una de estas grandes corporaciones quisiera ir a una cita a Villahermosa, sus opciones en aviación comercial en términos del tiempo para la logística y moverse a su cita van a ser tremendamente ineficientes. Y no solo en tiempo, sino en dinero, pues un término que valuamos mucho en la aviación privada es que estos ingenieros o presidentes tienen un costo muy alto para sus empresas.
“Entonces —concluye Adolfo Nieto—, si un corporativo transporta a seis ingenieros de muy alta gama de la industria petrolera en aviación comercial para resolver un tema, su tiempo le costará muchísimo dinero al corporativo. Por eso la aviación privada hace más eficiente el uso del tiempo y, por lo tanto, de los recursos de esas empresas”.
Por su parte, Giancarlo Mulinelli, vicepresidente senior de Ventas Globales de Aeroméxico, explica que Aeroméxico Private Jets funciona a través de un prepago denominado Jet Card, el cual brinda los beneficios y recompensas de transportarse con Aeroméxico y la posibilidad de volar a sus más de 90 destinos.
“Y si el cliente está en Estados Unidos y tiene que viajar dentro de ese país, la Jet Card también la puede usar con nuestro socio estratégico Delta Airlines”, añade el directivo. “Tenemos una colaboración conjunta, denominada Delta Private Jet, que abre un panorama aún más grande, pues no solamente brindamos servicio en el interior de México, sino también para las necesidades que se tengan dentro de Estados Unidos”.
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—Desde luego, la ganancia principal para el cliente es el ahorro de tiempo…
—Totalmente la flexibilidad que tiene para viajar a una hora específica y que pueda transportarse de una manera más eficiente, rápida y flexible. Por ejemplo, el proceso de abordaje es mucho más eficiente, pues es un concepto pensado en las personas para las cuales el tiempo es sumamente valioso y deben visitar cuatro o cinco ciudades en un solo día. De México puede ir al Bajío y tener una junta de dos horas, de ahí puede volar a Guadalajara, tener otra junta, y después a Monterrey con la flexibilidad y rapidez que se necesita.
—¿Este servicio es un concepto que le hacía falta a Aeroméxico?
—En Aeroméxico siempre hemos estado enfocados en dar un servicio personalizado a todos los segmentos. Tenemos el básico, clásico, flexible, AM Plus, Confort y Premier, pero nos estaba faltando uno que ofreciera la flexibilidad de transportar a un cliente con mucha agilidad. Nuestro objetivo siempre es escuchar-actuar, y en muchos foros escuchamos sobre la necesidad de este servicio y por eso nos unimos con ALE, que son los mejores. Ahora, en conjunto, compartimos las mejores prácticas y salvamos lo mejor de ambos. Este es un gran producto diferenciador que nadie tiene en el mercado.
—¿La perspectiva es buena para un servicio como este?
—Nuestros principales clientes son los empresarios, los clientes corporativos que necesitan esa conveniencia y flexibilidad para moverse. Pensemos en el director ejecutivo de una empresa automotriz global cuyo tiempo es limitado y tiene que hacer operaciones en cuatro ciudades de México de una manera rápida y eficiente en un solo día. Si vemos el cluster automotriz en ciudades como San Luis Potosí, Guadalajara, León, Querétaro y Saltillo, que sigue creciendo, mañana estos ejecutivos pueden tomar un avión y llegar de una forma rápida en vez de tener que conectar a través de aeropuertos. Lo mismo sucede con el segmento aeronáutico, que tiene clusteres muy grandes en Ciudad Juárez y Querétaro; esos empresarios también a través de Aeroméxico Private Jets tendrán la facilidad de tener un avión en el momento en que lo necesiten para transportarse del punto A al punto B de una manera mucho más ágil y eficiente.
—¿Cuál es el desafío primordial que están enfrentando?
—El gran reto es darnos a conocer, esto es algo que acaba de empezar —finaliza Giancarlo Mulinelli—. Nunca habíamos tenido una alianza, y hoy nuestro gran reto ha sido dejarnos conocer, asegurarnos de estar visibles. El desafío ha sido tener más penetración, dar a conocer el servicio a los empresarios y empresas más importantes en los mercados donde sabemos que está creciendo el segmento corporativo mencionado. Ese será el gran enfoque en los próximos meses, que la gente comprenda perfectamente todos los valores agregados que ofrecemos, no solamente ir del punto A al punto B, sino que pueda usar el prepago para obtener los símbolos de Aeroméxico. Y que se comprenda perfectamente que esto es más que Aeroméxico Private Jets, que hay un socio importante y fundamental, Delta Airlines, que nos ayuda a conectar a través de su red dentro de Estados Unidos.