Rusia hizo alarde este jueves de las capacidades de sus nuevos misiles hipersónicos, “prácticamente” imposibles de interceptar, al tiempo que afirma que sólo quiere “garantizar su seguridad” con estas nuevas armas, en un contexto de temores de una reactivación de la carrera armamentista entre Moscú y Washington.
Vladimir Putin, quien presentó con orgullo en marzo una nueva generación de misiles rusos “invencibles”, supervisó el miércoles la prueba de uno de ellos, bautizado Avangard.
“Las últimas pruebas han demostrado que ha alcanzado velocidades próximas a Mach 30. En concreto logró una velocidad de Mach 27”, 27 veces la velocidad del sonido o sea, más de 33.000 kilómetros por hora, se congratuló este jueves el viceprimer ministro, Yuri Borisov, en declaraciones a la cadena de televisión rusa Rossiya 24.
“A esas velocidades, prácticamente ningún sistema antimisiles puede interceptarlo”, añadió.
Precisó que estos misiles se distinguen por el hecho de que es “imposible predecir dónde estará en el próximo instante”, asegurando que su forma de maniobrar “virtualmente anula cualquier sistema antimisiles”.
Los misiles Avangard serán entregados al ejército ruso el año próximo.
“Rusia tiene una nueva arma estratégica”, señaló Putin el miércoles tras supervisar una prueba. Según el Kremlin, se lanzó desde el sur de Rusia un misil que alcanzó su objetivo a 4.000 km de distancia, en la península de Kamchatka (Extremo Oriente ruso).
Estos misiles hipersónicos forman parte de la nueva generación de armas rusas presentada en marzo por Putin, durante su discurso principal de campaña política, en un tono muy bélico hacia los occidentales, antes de su reelección para un cuarto mandato.
Washington había reaccionado acusando a Moscú de una “violación directa” de los tratados internacionales firmados por Rusia, incluido el INF sobre armas nucleares de alcance intermedio, rubricado por Ronald Reagan y Mijáil Gorbachov en 1987.
(Con información de AFP).