El expresidente peruano Alberto Fujimori declaró este sábado que el arresto de su hija Keiko le causó el “dolor más grande” de su vida, y llamó a sus hijos, quienes se disputan la conducción de la mayor fuerza electoral del país, a estar “unidos”.
“No he sentido dolor más grande en toda mi vida que ver a mi hija siendo detenida y llevada a prisión”, dijo Fujimori desde la cama de la clínica limeña donde permanece internado en calidad de detenido desde que el 3 de octubre la Corte Suprema peruana anuló su indulto.
Fujimori, de 80 años, también pidió a sus hijos Keiko y Kenji, enfrentados en una lucha fratricida por la conducción del fujimorismo (derecha populista), que estén “más unidos que nunca”.
“A ella todo mi cariño y apoyo en este momento tan duro”, agregó Fujimori sobre la detención “preliminar” de su hija mientras es investigada por la fiscalía por un presunto aporte para su campaña presidencial de 2011 de la cuestionada constructora brasileña Odebrecht, lo que ella niega.
El expresidente, cuya hija mayor es líder del partido opositor que domina el Congreso, fue indultado en diciembre por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski mientras cumplía una condena a 25 años de prisión por crímenes contra la humanidad y corrupción.
“Que los responsables (de justicia) continúen con todas las investigaciones, pero respetando su presunción de inocencia. Solo les pido un debido proceso” para Keiko, añadió Fujimori, en un mensaje de audio, acompañado de una foto, enviado por su entorno a la AFP y otros medios.
“Ella siempre ha colaborado con la justicia, no existe ninguna razón para que la alejen de mis nietas de esta manera”, añadió el exgobernante, quien llegó a estar 10 meses en libertad gracias al indulto y debe regresar a prisión una vez que reciba el alta de la Clínica Centenario Peruano Japonesa de Lima.
El Congreso dominado por el fujimorismo aprobó hace dos días un proyecto que da prisión domiciliaria a los mayores de 65 años, diseñado a medida para el expresidente.
Keiko, quien debe permanecer detenida al menos 10 días mientras avanzan las investigaciones de la fiscalía, está recluida en el cuartel central de la policía en Lima, donde este sábado fue visitada por su marido, Mark Vito, y otras personas.
– “Volver a ser una familia unida” –
El expresidente de ancestros japoneses ha seguido gozando de popularidad en Perú por haber acabado durante su gobierno (1990-2000) con el terrorismo de Sendero Luminoso y con la hiperinflación heredada de su antecesor, el socialdemócrata Alan García.
Su popularidad permitió que el fujimorismo se convirtiera en la mayor fuerza electoral de Perú, pero su legado ahora se lo disputan Keiko y Kenji, quienes podrían enfrentarse en las elecciones de 2021.
“A todos mis hijos el pedido de estar más unidos que nunca, que este momento oscuro nos ayude a volver a ser una familia unida”, declaró este sábado el expresidente.
Keiko, de 43 años, fue candidata presidencial en 2011 y 2016, perdiendo en reñidos balotajes; y Kenji, de 38, fue el legislador más votado en ambos comicios.
Pero las ambiciones políticas de ambos hermanos, así como sus diferencias sobre el modo de conseguir el indulto para su padre, rompieron la unidad de la familia.
En junio, los votos de los legisladores del partido de Keiko despojaron a Kenji de su escaño parlamentario y lo pusieron en manos de la justicia, acusado de tratar de comprar el voto de un colega leal a su hermana.
Los Fujimori, en particular Alberto y Keiko, también enfrentan el rechazo en un amplio sector de la sociedad peruana y de la prensa.
Un 71% de los peruanos cree que se justifica la detención de Keiko, y un 75% cree que es culpable del delito de lavado de activos del que está acusada, según un sondeo de la firma Ipsos y del diario El Comercio, publicado este sábado.
El partido de Keiko mantuvo contra las cuerdas a Kuczynski hasta que forzó su renuncia en marzo pasado, pero no ha podido hacer lo mismo con su sucesor Martín Vizcarra, quien ha ganado popularidad al enfrentarse al Congreso dominado por el fujimorismo.
(Con información de AFP).