Una nueva técnica llamada “gene drive” busca prevenir la diseminación del paludismo que anualmente mata a más de un millón de personas.
En lo que se ha descrito como un “gran avance” en el combate contra el paludismo (malaria), un grupo de científicos utilizó la edición genética CRISPR y ocasionó el colapso total de una población de mosquitos portadores de la enfermedad.
Liderado por Andrea Crisanti, de Imperial College Londres, el equipo desarrolló una nueva técnica “gene drive”, la cual disemina genes específicos a través de varias generaciones de una población. El gen introducido interfirió con las vías que intervienen en la determinación del género: en esencia, impidió que hubiera hembras durante siete a once generaciones. Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature Biotechnology.
Cada año, el paludismo mata a más de un millón de personas, en su mayoría niños menores de cinco años de edad, y 90 por ciento de los casos ocurre en África subsahariana. La enfermedad es causada por el parásito Plasmodium, que se dispersa mediante ciertas especies de mosquitos. Las hembras adquieren el parásito al morder a individuos infectados; el parásito se reproduce y desarrolla en el interior del mosquito; y, cuando el insecto vuelve a morder, transfiere el parásito.
Ha sido en extremo difícil encontrar una metodología para prevenir la diseminación del paludismo. Expertos de todo el mundo están investigando vacunas contra la enfermedad, pero han avanzado con mucha lentitud y, hasta ahora, las inmunizaciones en desarrollo han mostrado una eficacia relativamente baja.
“En el mejor de los casos, con la tecnología disponible y un incremento importante en los fondos, se calcula que la ciencia demorará otros 30 o 40 años en erradicar el paludismo”, revela Crisanti en entrevista con Newsweek. “Sin embargo, la tecnología ‘gene drive’ puede acelerar significativamente la consecución de este objetivo”.
En años recientes, la ingeniería genética se ha popularizado como herramienta para prevenir la propagación del paludismo. El desarrollo de la edición genética CRISPR ha permitido que los científicos eliminen, agreguen o alteren fragmentos de una secuencia de ADN. No obstante, los intentos previos para introducir modificaciones genéticas en los mosquitos han fracasado porque los insectos terminan por desarrollar resistencia al “gene drive” y sus poblaciones se recuperan.
Para el nuevo estudio, los investigadores modificaron un gen llamado “doble sexo”, el cual determina si el mosquito evoluciona en macho o hembra. Los investigadores alteraron dicho gen para que las hembras que tuvieran dos copias del gen exhibieran características tanto masculinas como femeninas. El resultado fue que los mosquitos dejaron de morder y no desovaron. El gen se diseminó con rapidez y no se produjeron hembras a lo largo de ocho generaciones, de manera que la población colapsó. Y, además, los mosquitos no desarrollaron resistencia.
Dado que el experimento se llevó a cabo en un laboratorio, los autores señalan que ahora hacen falta pruebas de campo para determinar qué sucedería en condiciones más naturales. Crisanti dice que, sin duda, transcurrirán de cinco a diez años antes de pensar en la posibilidad de probar esta técnica en la naturaleza, si bien el descubrimiento es “una prueba alentadora” de que van en la dirección correcta.
“Experiencias anteriores han demostrado que la eliminación de algunas especies de mosquitos del medioambiente no causa estragos en la ecología”, asegura, y añade que, antes de proceder con cualquier prueba, harían evaluaciones biológicas y de la eficacia del “gene drive” bajo condiciones de confinamiento que reproduzcan los ambientes tropicales. También investigarían las cadenas alimentarias en que interviene el mosquito del paludismo, a fin de identificar a las presas y a los depredadores.
Fred Gould, distinguido profesor de entomología en la Universidad Estatal de Carolina de Norte (quien no participó en la investigación), señaló que los hallazgos son muy prometedores. “Es un gran avance”, dice a Newsweek. “Había un interés enorme en utilizar la tecnología CRISPR ‘gene drive’ para combatir el paludismo, pero los estudios iniciales demostraron que los mosquitos evolucionaban rápidamente una resistencia al ‘gene drive’. La innovadora estrategia que propone este estudio apunta a una manera de evitar el problema de la resistencia. Si el ‘gene drive’ funciona en diversas condiciones ambientales, y no se presenta resistencia utilizando esta tecnología en una escala experimental más amplia, esto sería un logro importante en el esfuerzo para erradicar el paludismo”.
Stephen Higgs, director del Instituto de Investigación en Bioseguridad, de la Universidad Estatal de Arkansas, también celebró los resultados. “Aunque realizado en un ambiente reducido y confinado, este estudio aporta pruebas de concepto importantes, las cuales sugieren que el uso de un sistema ‘gene drive’ basado en CIRSPR-Cas9 realmente podría colapsar las poblaciones de Anopheles gambiae, el principal vector del paludismo”, informa a Newsweek. “Si es posible lograr esto en el mundo real, entonces la estrategia podría reducir de manera significativa la transmisión de parásitos del paludismo y, de esa manera, salvar muchas vidas en los próximos años”.
Higgs agrega que los resultados deberían considerarse una opción realista. “Estos autores tienen una trayectoria muy larga y una gran experiencia en el tema; desde hace muchos años, han propuesto la manipulación genética para controlar el vector del paludismo; y, con el advenimiento de la tecnología CRISPR-Cas9, están pasando de la teoría a la aplicación”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek