Durante décadas, los científicos han intentado responder a una de las preguntas más trascendentales de la humanidad: ¿estamos solos en el universo? Esta semana, esa incertidumbre cobró nueva vida tras el anuncio de un equipo de astrónomos que detectó indicios “altamente prometedores” de vida en la atmósfera del exoplaneta K2-18b, ubicado a más de 120 años luz de la Tierra.
Aunque los resultados deben ser aún verificados, este descubrimiento representa un avance significativo en la búsqueda de vida extraterrestre fuera del sistema solar, y ha vuelto a poner en la mira uno de los enigmas más debatidos por la ciencia moderna: la paradoja de Fermi.
UN UNIVERSO LLENO DE POSIBILIDADES… PERO EN SILENCIO
La Vía Láctea, la galaxia que habitamos, tiene cerca de 10.000 millones de años de antigüedad y contiene más de 100,000 millones de estrellas. Con miles de millones de planetas potencialmente habitables, parecería lógico pensar que alguna forma de vida alienígena debería haberse manifestado ya.
Entonces, ¿dónde están todos?
Esa fue la pregunta que formuló en 1950 el físico Enrico Fermi, dando origen a lo que se conoce como la paradoja de Fermi. Según esta teoría, cualquier civilización extraterrestre con suficiente tiempo y tecnología debería haber colonizado al menos parte de la galaxia, o dejado señales detectables de su existencia.
“Cada especie alienígena debería acabar teniendo su propio Elon Musk, dispuesto a colonizar otras estrellas”, señaló Jason Wright, director del Centro de Inteligencia Extraterrestre de la Universidad Estatal de Pensilvania.
LAS TEORÍAS DETRÁS DEL “GRAN SILENCIO” EXTRATERRESTRE
La falta de contacto con otras civilizaciones ha sido llamada por los astrónomos “el gran silencio”, y ha dado pie a decenas de teorías para explicar esta ausencia. En 2015, un libro recopiló al menos 75 soluciones hipotéticas a la paradoja.
Entre ellas se encuentran:
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No hay vida inteligente más allá de la Tierra (poco probable, según la mayoría de científicos)
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Ya están entre nosotros, pero no los hemos detectado
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La vida no ha evolucionado lo suficiente para comunicarse o viajar
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Las distancias son insalvables, incluso con tecnología avanzada
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El gran filtro: una barrera invisible (como la autodestrucción) que impide a las civilizaciones alcanzar un nivel de expansión interestelar
Otras hipótesis especulativas incluyen la del “zoo galáctico”, en la que los alienígenas nos observan sin intervenir, y la del “planetario”, donde crean una ilusión que impide que veamos su existencia.
También está la inquietante idea del “bosque oscuro”, inspirada en la saga de ciencia ficción “El problema de los tres cuerpos”, del autor chino Cixin Liu. Esta teoría plantea que el universo es un lugar donde cada civilización se oculta por temor a ser destruida por otras.
“NO ESTAMOS SOLOS”, ES LA CREENCIA DE LOS CIENTÍFICOS
Un sondeo publicado en Nature Astronomy reveló que el 87% de los científicos cree en la existencia de al menos una forma básica de vida extraterrestre. Y más del 67% considera que podrían existir civilizaciones inteligentes en otras partes del universo.
Algunos incluso sugieren que civilizaciones muy avanzadas podrían haber “trascendido” a otras formas de existencia, quizás similares a la realidad virtual o a planos dimensionales aún desconocidos por la ciencia humana.
EL VERDADERO PROBLEMA: ¿Y SI TODOS SE COMPORTAN IGUAL?
Jason Wright advierte que la mayoría de estas teorías asume que todas las civilizaciones alienígenas se comportan de manera idéntica y por siempre, lo cual puede ser una falacia. “Es como asumir que todas las culturas humanas actuarán igual durante toda la historia”, dijo el astrofísico.
¿ESTAMOS CERCA DE UNA RESPUESTA DEFINITORIA?
Mientras tanto, el exoplaneta K2-18b continúa bajo análisis tras la detección de posibles biomarcadores en su atmósfera, como dimetilsulfuro (DMS), un gas que en la Tierra solo es producido por organismos vivos. Si se confirma, podría ser la primera pista real de vida fuera del sistema solar.
El universo sigue siendo un inmenso misterio. Pero, con avances tecnológicos cada vez más precisos, la respuesta a la gran pregunta de si estamos solos podría estar más cerca de lo que imaginamos. N
(Con información de AFP)
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