Puebla, Pue. En un contexto internacional marcado por la incertidumbre comercial, especialistas en comercio exterior hicieron un llamado a las empresas mexicanas para que refuercen sus estrategias de exportación, cuiden sus certificados de origen y diversifiquen sus mercados, ante posibles medidas arancelarias más estrictas por parte de Estados Unidos, especialmente si se concretan decisiones del presidente Donald Trump.
Durante el foro “Efectos de los aranceles estadounidenses en el comercio global”, organizado por el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, región Sur (Comce-Sur), expertos coincidieron en que las compañías mexicanas no deben esperar a que estas políticas sean permanentes o temporales, sino prepararse desde ahora para escenarios adversos.
Fausto Aguilar, vicepresidente de Comce-Sur y consejero de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), advirtió que los errores en los certificados de origen pueden resultar en fuertes multas y pagos retroactivos de aranceles.
“Estados Unidos está intensificando sus auditorías y verificaciones en aduanas. Otros países como Brasil también realizan inspecciones exhaustivas, aun sin modificar sus aranceles”, puntualizó.
Aguilar recomendó a las empresas fortalecer sus áreas de Comercio Exterior, no sólo para exportar a Estados Unidos sino también a otros países con los que México tiene acuerdos comerciales, para evitar retrasos y costos innecesarios.
Por su parte, Francisco Peña, presidente de la Asociación de Empresarios Mexicanos en McAllen, Texas, afirmó que no sólo las industrias automotriz y de autopartes enfrentan afectaciones con las alzas arancelarias sino también sectores de servicios y logística, por el impacto en tiempos y costos operativos.
En esa línea, Sergio León, presidente de la Asociación de Empresarios por Quintana Roo, señaló que si bien hubo un repunte en el movimiento de mercancías hacia Estados Unidos durante febrero y marzo, a partir de abril se observó una disminución en la demanda de servicios logísticos.
León también criticó que las industrias no estén aprovechando plenamente otros mercados con los que México mantiene tratados, como los países de Centroamérica, Sudamérica, Europa o Asia, ni la infraestructura logística nacional, incluyendo puertos, aeropuertos y red ferroviaria.
“Nos enfocamos en el T-MEC, pero solo el 48% de las fracciones arancelarias mexicanas se benefician realmente del tratado”, subrayó.
Para Guillermo Malpica, consejero en inversiones de Comce-Sur y exintegrante del “cuarto de junto” en las negociaciones del T-MEC, los aranceles han dejado de ser sólo una medida comercial para convertirse en un instrumento de presión geopolítica utilizado por Estados Unidos.
“La duración de estos aranceles dependerá del impacto que generen en la economía estadounidense. Mientras tanto, México necesita una estrategia clara”, advirtió.
Por su parte, Peña opinó que el enfoque moderado del gobierno mexicano ha permitido mantener una relación estable con Estados Unidos: “México va bien. Su actitud conciliadora le ha funcionado”, comentó.
Posibles escenarios arancelarios
Fausto Aguilar planteó tres posibles escenarios frente a la política arancelaria de Estados Unidos:
- Optimista: las medidas durarían sólo tres meses.
- Moderado: se extenderían seis meses, con modificaciones específicas por sector.
- Pesimista: durarían un año y podrían colapsar parte de la economía estadounidense.
Agregó que se mantiene en el horizonte la revisión del T-MEC en 2026, aunque no descartó que Donald Trump, en caso de volver a la presidencia, intente adelantarla y exigir modificaciones sustanciales al tratado.