La frontera entre México y Estados Unidos se convirtió este fin de semana en escenario de una protesta poco común, pero profundamente simbólica. Un grupo de pacientes oncológicos del Hospital General de Tijuana, cansados de la indiferencia institucional, marchó por las calles de la ciudad hasta llegar a los carriles SENTRI de la Garita de San Ysidro, donde bloquearon temporalmente el tránsito vehicular en un grito de auxilio.
Portando carteles con mensajes como “Quiero vivir, no quiero morir” y “Sin medicinas no hay salud”, los manifestantes denunciaron la crítica escasez de medicamentos e insumos que enfrentan para continuar sus tratamientos. La movilización, que comenzó con una parada frente al Palacio Municipal, evidenció no solo la falta de recursos, sino la profunda frustración de quienes se sienten abandonados por el sistema de salud.
El bloqueo de una frontera como último recurso
Durante aproximadamente 10 minutos, el paso vehicular en la Garita de San Ysidro quedó paralizado. Para los manifestantes, interrumpir uno de los cruces más transitados del mundo no fue una decisión tomada a la ligera, sino una medida desesperada para visibilizar una situación que lleva meses deteriorándose sin respuesta.
La protesta fue pacífica, pero firme en su exigencia: atención urgente por parte del gobierno estatal y federal.
Una crisis crónica en el sistema de salud
El desabasto de medicamentos oncológicos no es nuevo en México, pero en Baja California la situación ha alcanzado niveles alarmantes. Diversas organizaciones civiles han denunciado repetidamente que los pacientes deben esperar semanas o incluso meses para recibir medicamentos esenciales, obligándolos en muchos casos a costear tratamientos por su cuenta o a suspenderlos por completo.
La Garita como símbolo de frontera… y olvido
La elección del punto de protesta no fue casual. La Garita de San Ysidro, símbolo del tránsito entre dos realidades económicas y sanitarias, se convirtió en un recordatorio del contraste brutal: mientras al norte la atención médica es inmediata (aunque costosa), al sur, miles de vidas dependen de insumos que simplemente no llegan.
¿Y las autoridades?
Hasta el momento, no ha habido un posicionamiento oficial del gobierno estatal sobre esta manifestación específica. Sin embargo, el mensaje de los pacientes es claro: ya no hay margen para demoras burocráticas.
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Las y los manifestantes advirtieron que, de no recibir respuestas concretas, continuarán con más acciones de presión en los próximos días. “No estamos pidiendo privilegios, estamos exigiendo lo básico: poder seguir viviendo”, sentenció uno de los organizadores. N